martes, 18 de noviembre de 2014

Stay





Titulo: Stay.
Autor:  Yae
Pareja:Yun- Jae
Genero: angust

Sinopsis.- Después de  5 años de no verlo de tantos años donde  había aprendido a vivir sin el, había vuelto aquel recuerdo que él ya pensaba olvidado.


Bueno, es bueno escuchar tu voz 
Espero que lo  estés haciendo bien 
Y si alguna vez te preguntaste 
Estoy solo aquí por las noche 
Estoy perdido aquí en este momento………… pensando que todo debío ser mucho más fácil.



Hyung , me  escuchas.-dijo chang min quien desde hace mucho tiempo era el primero en correr  a su habitación y levantarlo de manera dulce y muchas beses cálidamente brusca.

Que hora es.-logro decir como siempre, no digo buenos días, no sonrio, creo que siempre te estoy decepcionando.

No es mas de las 5 pm, otra vez has dormido casi todo un dia completo, estoy un poco ocupado y no he podido venir pronto.-dijo mientras se sentaba a un costado de la cama, donde yo aun seguí a costado.



No debiste venir, debes estar full trabajo, deberías salir un poco mas, has enflaquecido y por alguna extraña razón tu sonrisa  sea vuelto muy  superficial.-dije mientras cerraba los ojos y pasaba mis manos por mi cara.



Yunho.-dijo mientras se acostaba a mi costado, sin decir casi nada mas que mi nombre.



Chang min no deberías decir mi nombre.-dije el solo se acurruco mucho mas a mi, sus manos  temblaban, mientras me abrazaba, una lagrima cruel cayo por mi  mejilla mientras abri mis ojos, cuanto dolor te puedo dar; suspire


Y el tiempo sigue pasando 

Y si pudiera tener sólo un deseo
 
Te tendría a ti a mi lado 



El sollozo del menor fue callado por las caricias de aquel hombre que en silencio cubrió su cuerpo y las caricias fueran  escondidas tras aquellas sabanas. Dos almas sumergidas en  caricias, un abrazo fuerte  estrujo el cuerpo débil y cansado de aquel niño que aun seguí sintiendo miedo  al estar solo en un concierto.


Ya había  caído la noche y no había mucho que hacer, cuando en silencio movió  su cuerpo delicadamente, suspiro al ver aquellos ojos llorosos, y con delicadeza, delinio su rostro como tratando de guardar el mas preciado recuerdo.

Sin moverse mucho,  miro al techo y cerro sus ojos y nuevamente tuvo que estar el allí, porque volvia, porque tenia que sentir todo esto aun, por que si  con el tiempo debio pasar aquello que su corazón sentía.



 
te extraño .................

te necesito .................



Fueron las primeras palabras que salieron de sus labios al cerrar sus ojos, su cuerpo estaba tan relajado, junto a aquel que lo abrazaba y buscaba apoyo, pero a pesar de saber que  lo tenía y siempre tendría el gran amor de su pequeño magnae aun asi, para que el pueda vivir le faltaba aquel que le robaba el aliento con solo verlo.
La pequeña presión de una mano en su pecho, le hizo saber que no estaba solo, que aun en sus pensamientos había alguien que podría leer sus pensamientos, se dio la vuelta y lo vio cerrado los ojos, fingiendo estar dormido, fingiendo tener paz.


Hyung porque no lo buscas, ya a pasado mucho tiempo, tal ves.-dijo chang min quien dio un gran suspiro.


Quizás se a la mejor  decisión que pueda tomar a estas alturas de mi vida.-dije mientras  me levantaba un poco de la cama.


Nada te detiene pronto podras verlo sin que nadie te lo prohíba.-dijo


Chang min nadie me prohibió verlo.-dije mientras  movia mi cabeza de un lado y pasaba sobre el y me levantaba.


Pero todo el mundo cree, es asi hasta yo  he comenzado a creerlo.-dijo mientras se acomodaba mejor en la cama.


si por mi fuera ahora estaríamos todos comiendo algo en algún restaurante.-dije y el me miro como un poco interrogante.


Entonces.-dijo


Solo que para volver a estar juntos debemos perdonarnos y sanar heridas que se han vuelto  cicatrices sangrantes.-dije

El teléfono sonó ese era la señal de que deberíamos ir a trabajar, le sonreí y me  fui al baño después de unos segundos de meterme a la ducha, escuche la rutina de aseo de Chang min quien estaba en el mismo baño conmigo, el sonido del cepillado de dientes era como música clásica, el agua caí por mi cuerpo y una melodía de paz cubrió mi cuerpo. Imágenes de ti en mi baño bañándote mientras yo te miraba  y tú sin ninguna timidez te duchabas, amaba escucharte cantar cuando jabonabas tu cuerpo y reír cuando te equivocabas de letras o  gritar pidiendo mi ayuda cuando el jabón se metía a tus hermosos ojos.

Jaejoong………… Y te amo más que antes
Y hoy una vez más no veré tu rostro
Nada ha cambiado 
y
Nadie puede ocupar tu lugar 



Camino a la agencia donde nos vio crecer, donde quizás fuiste infeliz, donde quizás nunca debiste estar, creo que jamás debimos conocernos creo, pienso que tu vida sería mucho más fácil sin mí en tus recuerdos, pero que se hace no puedo retroceder el tiempo, no puedo borrarme de tu vida.


Hyung mira.-escucho volteo y te veo allí en uno de esos cuantos anuncios que últimamente  están saliendo de ustedes, se ven bien, lo están haciendo muy bien no hay porque preocuparse, después de todo es todo lo que han querido, todo lo que se merecen  y son felices y somos felices después de todo.


Se ven bien, vamos que debemos trabajar no hay tiempo para distracciones tenemos que hacer nuevas cosas.-dije


Hay si, has pensado seriamente en participar en ese Dorama.-dije y el sonrio.


Lo he pensado mucho para ser sinceros, creo que es una buena manera de despedirme de mis fan por dos años.-dijo sonriendo y el también fuimos leyendo nuestra agenda mientras comíamos  en el auto.

Se pone más difícil cada día 

Y no he podido escucharte decir que me amas
Más que antes,
Aunque sea en mis sueños aparece una vez.
Para sentir que de alguna manera
Vale la pena volver a casa


Las horas de baile son tan agotadoras, me cuenta respirar con facilidad, la edad a avanzado siempre trato de echarle la culpa a la edad, es mejor decir que estoy envejeciendo a decir que mi alma a envejecido y está en sus últimos momentos de vida, solo el puede ver cómo me estoy esforzando para que el ritmo vuelva a mi, como desesperadamente mi  melodía vuelva a mi, pero no he podido conseguirlo por mas que lo he buscado.

Deberíamos ir a casa yah.-escucho detrás de mi, volteo y veo a chang min allí con cara de sueño y veo el reloj de la pared y son pasadas las 3 de la  mañana y suspiro, una vez mas lo he desvelado.


Lamento  esto, estaba concentrado.-dije sonriéndole de manera sincera y real.


Veo que bailas mucho mejor que antes, solo una cosa, trata de no bailar tan sensual, eso es totalmente vergonzoso.-dice mientras se rie y yo corro hasta el, lo abrazo y nos caemos al suelo y reímos.


He decido dejarlo ir, ya es tiempo.-dije sonreindole, el me abrazo.



Estas seguro yunho hyung, no hay problema por mi sabes que puedo llevarte y ayudarte cuando me necesites.-dice


Lo se pero los tiempos avanzan y la vida también, es hora que dejemos de vivir en el pasado, me doy por vencido y no quiero volver a saber más.-dije y el  me abraza, sus labios tocan mi frente de manera casi delicada y sonríe, se para y me mira sus ojos dicen tantas cosas pero sobre todo hay una promesa palpan te y la tomo.


Yo tratare  de vivir sin ti 
Las lágrimas caen de mis ojos 
Estoy solo y me siento vacío 
Me estoy desgarrado en el interior
De mi alma
Levanto la vista hacia las estrellas 
Con la esperanza pensar que estás haciendo lo mismo 
Y de alguna manera me siento más cerca 






Había pasado ya mas de 6 meses desde la ultima vez que pensé en ti, he estado tan ocupado que solo llegar a casa se ha vuelto en una lucha constante, me duermo con facilidad en  cualquiera de los muebles de la casa, estoy tan casado, que no siento que con manos de ángel, me llevan a mi cama y me desvistes, me ponen cómodo en mi cama, muchas veces  abro mis ojos y creo verte allí limpiando mi cuerpo con paños húmedos pero tibios, cierro mis ojos y me duermo, creyendo que estas una vez más conmigo y cuando me levanto, caigo en cuenta que sería imposible que tu estés mirando a la misma estrella que yo.

Y es  un dia como todos, abro mis ojos y me veo allí en mi cama, se que es fin de semana y debería despertarme mucho mas  tarde pero no, chang min a cuidado de mi por desde que comencé a  grabar ese dorama que se merece un desayuno decente, aunque con el tiempo he tratado de alguna manera de no cocinarle a nadie más aparte de a ustedes.

Con mucho pesar me levanto y una pequeña bulla me impide entrar al baño, y escucho a chang min casi gritar, y el jamas grita en casa jamas usa palabras fuertes a menos que lo hayan sacado de sus cacillas.

Me vesti rápidamente salgo corriendo hasta la sala y casi me caigo cuando los veo allí a los tres, junsu totalmente rojo de la cólera y yoochun y tu allí frente de el discutiendo.

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soy yo y no trates de decir que no sabes quien es.-dijo chang min tras el telefono.


 recuerdo que me dijistes que jamas llamarías.-dijo junsu por la otra linea mientras  hacia señas a sus dos compañeros.


si como si no esperaras mis llamadas.-dijo el menor mientras se sentaba en el sofa.


el silencio tras la linea telefonica le hizo saber a chang min que habia ido lejos en tratar de molestar a su hyung, decidio mejor preparan la bandera de la paz o buscar alguna escusa para que ellos vinieran.

escúchame, tienen una hora para que vengan o revelare aquellas fotos que saben bien.-dijo chang min sonriendo.

que has dicho!!!!!!!!!!!!!!.-grito junsu.


estoy en casa.-dijo el menor sin tomar encuenta el grito y murmullos, que habian.


tu mocoso, irresponsable y chantajista ni se te ocurra publicar aquellas cosas.-dijo esta vez jaejoong quien le habia arrebatado el celular a junsu despues de escuchar la amena, casi se desmaya.


los espero.-dijo y corto.


 shim chang min te matare.-dijo jaejoong mientros los demas asintieron mientras tomaban sus respectivos sacos y salieron al encuentro del chantajista de chang min.

en el fondo tenian miedo de verlo despues de tantos años, en el camino jaejoong pensaba en como seria volver a ver a yunho, estaria feliz o solo estaria en casa chang min.


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Hyung…-susurra chang min, puedo ver en los ojos de mi pequeño que las cosas no están bien, no entiendo  muy bien que esta pasando, no entiendo que hacen ellos aquí, no entiendo en que momento es que ellos han llegado hasta aquí.


Nos vamos.-dicen los tres en el mismo sonido. La verdad no se mucho que decirles, pero antes de que avancen mas les hablo.



Se han venido, es mejor que se sienten y me acompañen a tomar el desayuno.-dije mientras caminaba hasta la cocina.



Estas de broma.-escucho decir a junsu.


No están aquí no se vayan sin tener algo en el estomago.-dije.



Yunho no estamos de visita solo estamos para  aclarar algo con el.-dijo yoochun mientras señalaba a chang min lo veo de reojo.


Si van aclarar algo con el lo harán después de que yo los escuche.-dije


No eres mas nuestro líder.-por fin hablas y te veo no digo nada mas y siento como me sigues se que nunca te a gustado que te deje hablando solo o que te ingnore.



Ese niño tiene que aprender que sus problemas no son los de nosotros yunho.- dices


Solo prepara el desayuno y no hables tanto.-dije mientras le doy  un par de  cosas. Y salgo mientras el me mira.



Hyung dejemos que se vayan, es mejor.-dice chang min y todos lo miran.



Solo ve y pon la mesa y ustedes ayuden a jaejoong no tengo ganas de escuchar sus discusiones están aquí y se quedan por para el desayuno.-dije mientras volvía a mi cuarto y todos se quedan callado, desde la distancia los veo hacer todo, me voy a mi cuarto y me acuesto cierro los ojos y nose cuanto tiempo  pasaría hasta que siento unas manos en mi rostro.


Chang min  ahora voy.-digo mientras suspiro, la mano se queda allí en mi rostro y abro los ojos y te veo allí mirándome, tus ojos están nublados y tratas de alejarte y marcharte lejos de mi; pero no te dejo y te jalo caes a sobre mi y te escucho llorar, me golpeas y lloras.


Estabas tan frio que me duele.-lloras golpeándome.


Lo siento amor, lo siento.-te susurro mientras, te abrazo fuertemente y beso tus mejillas bañadas de las lagrimas



No quiero volver a perderte 
Y si tuviera que elegir 
Te elegiría siempre a ti
Para que asi  siempre te quedes 
Por favor, siempre permanece 
 A mi lado sobre mi corazón
Tú eres al que mas amo 
Porque mi corazón dejara de latir sin ti 


Siempre me quedaré ………………..Y te amo más que antes  yunho.-susurras y sonrió mientras te abrazo, en mi cama mirando al techo veo que de alguna manera has estado viendo las mis  estrellas que yo.




Fin



Hola sorry publique el fic incompleto ajajjaaj sorry ajajajaj y gracias.




lunes, 17 de noviembre de 2014

Traiccion Inesperada: Capitulo 9 Mentiras





Capítulo 9: Mentiras

Aún cuando  jaejoong  le había asegurado que confiaba en él, jamás hubiera esperado una reacción como lo  que había tenido la tarde anterior frente a la inesperada visita de  su amiga.

Se había mostrado encantador, el  perfecta anfitrion. Verlo charlar y sonreír junto a su amiga, le había provocado una gran sensación de orgullo y satisfacción. Siempre había sabido que  jaejoong sería el esposo ideal para el  a pesar de ese carácter suyo, en ocasiones demasiado temperamental.

Sentado tras la mesa de su despacho, esas ideas daban vueltas en su Yoo quería que examinara.
Volvió a centrar toda su atención en ellos. En principio parecía estar todo en orden, hasta parecía un negocio realmente rentable. Lo que no terminaba de encajar, era la participación de Yoo en aquel asunto. No quería ser mal pensado y prefería confiar a la idea de que realmente su hermano había cambiado, quizás después de todo llegaría a ser un hombre de provecho y no uno de esos parásitos que vivían de las rentas.

De todas formas, aunque los documentos parecían legítimos, esa misma tarde se los haría llegar a su contable. Quería asegurarse de que todo estaba en orden antes de aconsejarle a su hermano sobre el tema y si todo era correcto, como creía, tal vez el mismo se arriesgara en aquella empresa. Pero antes de comprometer su dinero, debía estar seguro de que nadie estaba tratando de timar a Yoo.


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¿Quién dices que es el pichón? –preguntó el hombre con la voz rota del que lleva demasiados años dándose a los excesos.

-Por lo visto es el hermano del marquéz –aclaró don M.
Su nombre era Meridiano, pero desde hacía años todos le llamaban don M., por abreviar.

-Interesante –dijo frotándose la tupida barba- ¿Y sabe el marqués a que se dedica su querido hermano?

-No lo creo jefe, el joven insistió demasiado en que todo debía hacerse en el más absoluto secreto.


-Me lo imaginaba –asintió- tienes que averiguar a quién trata de embaucar con esos documentos de inversión, quizás podamos aprovecharnos nosotros también del incauto.
Una risa baja y carrasposa precedió sus palabras, don M. sonrió a la vez que un brillo codicioso iluminaba sus ojillos oscuros.


-Ahora vete, tengo otros asuntos que atender, pero mantenme informado.


-No se preocupe, sonsacar al muchacho será sencillo –no se demoró más y abandonó la apartada mesa donde se había reunido con el mandamás.
Se acercó a la barra y pidió una jarra de vino al tiempo que estrellaba su manaza contra las posaderas de una de las camareras.
La mirada furibunda de la moza lo hizo reír con ganas.


-Tranquila preciosa, si prefieres las caricias más delicadas, también puedo dártelas.
Ahora las risas de los parroquianos corearon la suya.


-Cretino –escupió la muchacha mientras depositaba sobre una de las mesas las jarras que portaba, lo hizo con tanta fuerza  que derramó parte del contenido, consiguiendo que los sentados en torno a la tabla prorrumpieran en quejas.

-Las reclamaciones al patán de la barra, a mí no me digáis nada –espetó mal humorada, girándose sin escuchar ni una sola de las groserías que los hombres comenzaban a dedicarle.
Maldijo el día en que había tenido que aceptar aquel miserable empleo a la vez que desaparecía por el hueco que daba paso a la cocina.

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-De nuevo encerrado en la cocina ¿eh?
jaejoong  levantó apenas la vista de su taza de café y regaló una sonrisa a Yoo. Últimamente le notaba diferente, como más jovial. Peinaba el cabello hacia atrás confiriéndole un aire de seductor encantador.
El muchacho ingresó en el interior y sin esperar invitación se sentó junto a el.

-¿Qué tal la vida de casado? ¿Era como la esperabas, o mi hermano ha comenzado hacerte la vida imposible?


-¡Oh, Yoo! ¡No empieces con esas cosas! – Bromeó encantado – la verdad, nunca me habría imaginado que Yunho fuera así.
A esas horas, solo jaejoong  ocupaba la cocina para tomar su habitual taza de café. Una costumbre que había heredado de  su madre

-¿así? – Yoo arqueó una ceja -¿Cómo?
jaejoong hizo una traviesa mueca y se encogió de hombros.


-No sé decirte – rió divertido, como si algo que hubiera recordado lo hiciera gracia – Olvídalo – agitó la mano – No pienso hablar de mis cosas personales contigo.


-Tampoco me gustaría que me detallases como es mi hermano en…


-¡Calla!- jaejoong  se puso serio de repente – Antes podíamos hacer esas bromas, pero ahora no. Soy un hombre  casado y respetable. Si algunos de los sirvientes escuchara nuestras tonterías, Yunho se enfadaría y con razón. – jaejoong  no estaba dispuesto a pasar por ningún malentendido.

-Es cierto – asintió el joven afirmando con la cabeza – y eso me recuerda algo que me comentó Kris… pero… no creo que te fuera a gustar mucho. Claro, que ella no tiene la culpa.


-¿de qué se trata? – preguntó  jaejoong apartando la taza de porcelana. Sentía curiosidad por el tono de voz que había adquirido Yoo. Era como si lo acabase de envolver un aura de misterio.

- Pues hablan sobre tú educación.


-¿sobre mi…? – jaejoong susurró las palabras inclinándose sobre la mesa, con la intención de escuchar mejor a Yoo. Sus ojos negros brillaron con sorpresa -¡Dímelo ya! – exigió impaciente.

-Vale. Pero luego no te enfades conmigo que yo no soy culpable – lo vio asentir con los labios fruncidos – Ya sabes que la clase alta no come en la cocina y… nuestros sirvientes aseguran que tú no cumples esas normas.


-¡eso es una tontería! – exclamó con enojo.
Yoo se encogió de hombros.

-Ya te he dicho que no tengo nada que ver. A mí me lo comentó Kris porque se lo habían dicho los criados.

-¿Y ella que dice? – quiso saber  jaejoong. Estaba repentinamente preocupado. Si aquellos rumores eran ciertos, quizá, el como marques, no estaba a la altura de lo exigido.

-¡Que aun sigues siendo muy… niño y hay que darte tiempo!
jaejoong  abrió y cerró la boca varias veces. Su rostro reflejaba toda la confusión que sentía. La ira había comenzado a bullir en su interior. ¡De modo que kristal pensaba que era un crio! ¿Por qué? jaejoong se sintió como si la hubieran traicionado. El dispuesto a ser su amigo y…

-¡pues eso no es cierto! – el  joven se puso en pie y señaló a su amigo con el dedo – Mi educación ha sido ejemplar desde que me casé. No creo haberos puesto en ridículo en ningún momento y… - hizo un alto para respirar – si kristal tienen algún problema con ello… - volvió a pararse tratando de tranquilizarse. Podía sentir como su corazón bombeaba con velocidad. Atravesó la cocina con paso firme dispuesto a salir de allí.

-¡espera! ¿Dónde vas?
jaejoong  le miró sobre el hombro. Las gemas  negras brillaron con furia.

-Quiero estar solo y pensar. – agitó la cabeza nervioso. Estaba furioso, deseaba gritar, quería romper algo… - ¿Pero sabes algo? No me importa lo que ella y los sirvientes digan de mí. – terminó de decir saliendo altivamente por la puerta.
¡Que no le importaba! ¡Qué mentira tan grande! Lo último que quería era avergonzar a su esposo.


Las palabras de yoo continuaban resonando en su cabeza, mientras se paseaba de un lado a otro del cuarto. Sus manos, inquietas, reflejaban el nerviosismo que se había apoderado de el. Tan pronto las retorcía frente al pecho, como colgaban inertes a los costados de su cuerpo, para segundos más tarde, volver a unirse ansiosas sobre su cintura.

¿Qué había hecho mal?
Trataba de analizar su comportamiento en aquella casa, pero quitando los enfrentamientos con yunho, siempre se había mostrado correcto. Tal vez los primeros encuentros con kristal no habían sido del todo afortunados y por eso el había llegado a la errónea conclusión de que era un  inmaduro y según las palabras de yoo, poco más que un chiquillo.

Inspiró profundamente tratando de serenarse. Había recibido una educación ejemplar, sabía que era perfectamente capaz de ser una buen marquez

yunho entregó los guantes y el sombrero a siwon sin apenas detenerse.

-¿Sabes dónde está mi esposo? –preguntó dirigiéndose hacia su despacho.
No fue la voz del criado la que le respondió, sino la de su hermano.

-Creo que está en su cuarto…
El tono de  Yoo lo hizo detenerse, lo enfrentó con una mirada cargada de suspicacia, pero no añadió nada, a la espera de que yoo continuara. Lo haría, lo conocía bien y sabía que ese deje en su voz significaba que tenía algo que contar.


-… ciertamente no parecía muy contento.
Yunho entrecerró los ojos, pero continuó a la espera. Su hermano no lo decepcionó. Casi sintió deseos de sonreír, que predecible era.

-Parece ser que está algo molesta con kris.

-No, yoo –lo interrumpió- eso ya es agua pasada.  jaejoong sabe que krsital es una buena amiga y que entre nosotros nunca…
yoo agitó la mano ante su cara, desechando las palabras de yunho.

-Quién está hablando de celos… me ha comentado que kristal no le cae bien, que lo hace sentir como a un chiquillo  y que preferiría no tener que volver a verla.

kristal  observó satisfecho como se tensaba la mandíbula de yunho. Sabía el aprecio que su hermano sentía por krsital y cualquier cosa que se dijera contra ella, lo tomaba como una afrenta personal.
 ( después van entender porque yunho  sobre protege mucho a Kristal)

Apenas había terminado de hablar, cuando yunho ya había alcanzado la parte alta de la escalera y se encaminaba, con paso airado hacia su cuarto.
Si se hubiera girado en aquellos momentos, hubiera visto la sonrisa de satisfacción que adornaba el semblante de yoo y habría adivinado que se trataba de otra de sus sucias jugadas.

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-yunho -exclamó al verlo entrar en el cuarto excesivamente serio- ¿Qué sucede?

-¿Qué te sucede a ti? –preguntó cortante.

-No entiendo…

-Creí que el tema de kristal ya había quedado zanjado y aclarado –intentó explicarse, pero no pudo- No veo porqué sigues insistiendo en él.

-No entiendo por qué dices eso –se sentía realmente confundido, el ofendido era el y su esposo defendía a la otra- Deberías pensar como me siento yo con sus palabras –estalló indignado.

-¿Tú? –ahora el sorprendido era él.

-Sé que la aprecias y he tratado por todos los medios de ser correcto y agradable. Pero no tolero que se cuestione mi madurez o mi capacidad para ser un buen marques
No había tenido intención de discutir el tema con él, pero lo había sacado de sus casillas que él aún defendiera a la otra.

-¿Quién ha cuestionado tal cosa? –preguntó cada vez más enfadado con jaejoong, estaba llevando aquello demasiado lejos.

-Ella… y los criados –añadió dejando que su voz perdiera intensidad- creen que soy una niña y que no tengo modales de marques.
Aunque sentía deseos de llorar y necesidad de sentir los brazos de yunho entorno a el, alzó la barbilla orgulloso, no dejaría que su falta de apoyo le afectara.

-No imagines cosas…

-Me lo ha dicho Yoo, no imagino cosas –dijo con rabia.
yunho dejó escapar el aire de sus pulmones deforma cansada. Tomó a jaejoong de la cintura y lo atrajo hacia sí.

-Olvida lo que yoo te ha dicho.

-Pero…

-Pero nada, no sé a qué está jugando mi hermano, pero te aseguro kristal jamás ha dicho tal cosa de ti, créeme, al contrario te considera encantador.

-Voy a decirle cuatro cosas a ese hermano tuyo –dijo sin separarse de sus brazos.

-No, déjalo. Hagámosle creer que se ha salido con la suya. Me intriga saber que trata de conseguir con todo esto.
Mientras acariciaba a su ya menos disgustado esposito, no dejaba de especular con los motivos de yoo para urdir aquellas mentiras.


yoo había subido detrás de yunho para escuchar atentamente detrás de la puerta, y lo poco que escuchó fue suficiente para sentirse satisfecho. No podía negar que la culpa no era de jaejoong pero era tan moldeable el pobrecito. Alguien tendría que enseñarle que no todo lo que sale de la boca de alguien son verdades, pero a él le daba igual. Mientras kristal sirviera a sus propósitos la seguiría utilizando, claro sin que ella supiera. ¡Oh! Cada día veía más cerca la caída de su querido hermano. Después sonrio mientras caminaba a sus habitaciones.

Tal vez debería hacerle otra visita al nada honorable caballero, para ver cuando le entregaba el resto de los documentos, y pensándolo bien podría hacer sufrir a yunho un poco más, si le pedía a aquel miserable que raptara a jaejoong. Entonces el sería el hermano anegado que ayudaría en todo lo que pudiera para encontrarlo, y cuando el subestimara lo dejaría libre, pero no sin antes haber disfrutado de el. ¡Tantos planes y tan poco tiempo para llevarlos a cabo!

Con ese último pensamiento se entró a sus habitaciones para saborear el triunfo de su casi victoria. Sin percatarse si quiera que unos ojos vigilantes lo acechaban entre sombras y que ese alguien al igual que la madre de jaejoong se había dado cuenta de sus maquinaciones perversas, no obstante no diría nada hasta saber cuál era el propósito real del joven Yoo. En los barrios bajos todo se sabía y más si no formabas parte de la aristocracia. No permitiría que por segunda vez el marqués sufriera perdiendo nuevamente sus sueños. La primera vez no pudo hacer nada porque la lealtad se la debía al padre pero ahora no había impedimento alguno para protegerlo, incluso si ese enemigo era el mismo hermano del marqués.
( aaaahhhh me acabo de poner a un aliado  para el yunjae para lo que viene no me parecio justo que sufrieran tanto)

                    *****************

Mientras tanto yunho and jaejoong  platicaban, tratando de entender los porqués de la actitud de yoo.

-yunho, tal vez esté enfadado porque no le has dado una respuesta con respecto al negocio que quiere emprender.

-No sé amor, la actitud de Yoo me sorprende mucho, no sé qué pensar para explicar sus comportamientos. No sé si es la primera vez que lo hace o si he caído en sus provocaciones anteriormente. Sólo sé que kristal no ha dicho esas difamaciones y mucho menos que la servidumbre tenga esa opinión tuya.- concluyó abrazándolo contra su pecho.


-Tranquilo yunho pero sabiendo lo que me acabas de contar no sé cómo debo comportarme ahora con tu hermano. Ahora que lo pienso, al poco tiempo de habernos casado mi madre me advirtió en contra de la actitud de yoo. Ahora no recuerdo bien las palabras pero sé que a ella no la engañaba con su actitud galante.

-¿Cómo es posible que hasta tu madre se haya dado cuenta?, por lo mientras tienes que seguir como hasta ahora, tenemos que averiguar sin que se dé cuenta mi hermano, lo que se propone.

- Pero es que recordar la forma en que me vio angustiado y como estuvimos a punto de pelear otra vez me da tanto coraje. Me sentí traicionado yunho.

-Lo sé mi amor, lo que tenemos que hacer es idear un plan. Y procuraré estudiar más aprisa los documentos que me entregó- o mejor dicho mandaría a investigar, pero sin que su esposo se enterara.

-Está bien.- suspiró resignadamente mientras levantaba el rostro para recibir un casto beso. Sin embargo la reacción de yunho no dejó lugar a dudas de que lo último que tenía en mente era un casto beso.

**********************

jaejoong  empujó la puerta del desván con fuerza. Debían haber pasado años desde la última vez que alguien anduvo por el interior. Un desagradable chirrido retumbó cuando la madera cedió finalmente.

La mecha de la mano tembló con la súbita ráfaga de aire, e jaejoong ahogó una exclamación al ver el lugar tan siniestro.
Las telarañas que cubrían buena parte de la enorme y lúgubre sala, se agitaron levantando el polvo adherido a los muebles.
jaejoong arrugó la nariz contrariado. Olía a rancio y humedad. Desde luego el desván necesitaba que alguien lo aireara y se limpiara un poco.

yunho había dicho que no eran más que muebles viejos y cosas inservibles, y había dado su permiso para que el hiciera lo que le viniera en gana con todo aquello.
Con la llama titilando en sus dedos, caminó hacia un ventanuco que alguien había cubierto con una lona oscura. Con dedos debiles tiró de un esquinazo y la luz dorada del sol llenó el lugar haciendo bailotear pequeñas motitas contra la luz.

Retratos y lienzos se apilaban contra una de las paredes, cajas de madera, arcones, revistas inservibles desparramadas sobre el suelo, muebles viejos y cubiertos por espesas capas de polvo.

Con los ojos muy abiertos, jaejoong observó todo. Siempre le había encantado investigar en sitios antiguos, en establos abandonados, en ruinas… Pero aquel lugar era el mayor tesoro que hubiera encontrado.

su madre  seguro que iba a disfrutar tanto como el montando la casa benéficiaria, además ambos estarían entretenidos intentando restaurar algunos de los muebles que había allí.

Pasó la mano sobre un piano de cola que se hallaba cerca de la ventana. Dejó la vela sobre la base y con un ruido seco, logró levantar la tapa donde se escondían las teclas. La pieza parecía estar bien aunque totalmente desafinada.

-Es una maravilla- musitó recogiendo un montón de partituras apiladas. Se giró cuando escuchó varios pasos tras ella. – Gracias por venir ayudarme – saludó jaejoong a las dos doncellas que se habían parado en el centro y observaban todo con distintas expresiones en su rostro.

Ambas mujeres asintieron y con las manos cruzadas sobre el delantal esperaron las instrucciones de su señor.
Un par de roedores golpearon el piso de madera en una loca carrera por ver quién llegaba antes a la ratonera. Tanto jaejoong como las doncellas, fingieron no ver a los pequeños animalillos.

-Creo que primero deberíamos ir bajando todo esto al patio y una vez que se limpie subiremos solo las cosas que se necesiten – jaejoong volvió a cerrar la tapa del piano, y otra nube de polvo se desprendió del mueble. - ¿saben ustedes quien tocaba esto?


- La abuela de su esposo fue una gran aficionada a la música – comentó una de las doncellas.

-¿tú la conociste? –  preguntó jaejoong un poco extrañado. La sirvienta apenas parecía tener unos pocos años más que el.


-No, señor. Pero mi madre lleva mucho tiempo trabajando para ustedes y alguna vez se lo he oído decir.
jaejoong asintió satisfecho. Se enrolló las mangas del vestido y comenzó a pasear por el desván abriendo de vez en cuando algún cajón u observando con interés varias muestras de coleccionista. Ese año el mercado benéfico seria todo un éxito y lo que sacaran lo entregarían a los pobres aldeanos que habían visto cómo sus cosechas habían sido inundadas con tantas lluvias.

siwon, acompañado de varios criados más, se pusieron a las órdenes de jaejoong y en un abrir y cerrar de ojos, el desván se convirtió en el sitio más ajetreado de toda la casa.
Durante toda la mañana, jaejoong disfrutó rodeado de tesoros. Brincando de un lado a otro de la sala cuando los sirvientes lo llamaban para que observara esto, o aquello. Su alegría era contagiosa y el trabajo resultó muy ameno para todos.
Corrió hacia la ventana cuando escuchó llegar al carruaje.
Pegando la nariz al cristal observó que yunho no llegaba solo. Reconoció al abogado de la familia. Ya lo había visto un par de veces desde que se muriera su padrastro.

-Voy a cambiarme – avisó jaejoong a siwon – No tocar nada sin mí, por favor. Continuaremos más tarde.


Al entrar en el cuarto, comprobó horrorizado que su aspecto era lamentable. Necesitaba un baño con urgencia, pero no quería perder tiempo en esos momentos. Se despojó con rapidez de las polvorientas prendas y se cepilló enérgicamente el cabello. Se aseó lo mejor que pudo, y se enfundó en un fresco vestido de color turquesa.

Antes de abandonar la habitación volvió a mirar su reflejo en el espejo, no estaba mal, pensó satisfecho a la vez que salía al pasillo.

-Buenos días,  jaejoong –la voz de yoo lo detuvo a pocos pasos de la escalera.

-Buenos días –dijo un tanto seco. A pesar de la sugerencia de yunho, le costaba mantener  el  jovialidad que antaño habían compartido su cuñado y el. Ahora eran demasiadas cosas las que le impedían verlo como al muchacho alegre y apuesto del que se había creído enamorado, pero su esposo tenía razón, si querían averiguar a qué estaba jugando el muchacho, tendría que simular normalidad.


-¿Dónde vas con tanta prisa? –preguntó con una sonrisa en los labios.
-yunho acaba de llegar con el abogado.
Sin añadir más comenzó a bajar las escaleras.

-Hablando de yunho –comentó con tono ligeramente misterioso- anoche os noté un poco tensos durante la cena.
Ya la había alcanzado y bajaba los escalones junto a el.
jaejoong sintió que la sangre comenzaba a hervirle en las venas, el muy canalla había provocado intencionadamente aquella situación y ahora trataba de hacerse el inocente ante el. Tuvo que morderse la lengua para no responder de malos modos, tomó aire, contó hasta diez y encogiéndose de hombros respondió:


-Ya sabes lo irritante que puede llegar a ser tu hermano, hemos discutido.


-Espero que no sea nada importante, se os veía tan felices estos últimos días –se lamentó con todo el cinismo que era capaz de mostrar.


-No lo sé yoo… -se detuvo mirándolo directamente a los ojos- él también cree que en ocasiones no sé comportarme de acuerdo con mi actual posición –se lamentó.
No le gustaba mentir, pero había adquirido cierta experiencia al vivir con don Tae, dónde una respuesta poco adecuada podía costarle muy cara. Ahora su integridad física no estaba en juego, pero desenmascarar las intenciones de yoo bien se merecían un poco de teatro.
-Es demasiado duro contigo, nunca sabrá valorarte y entenderte como siempre lo he hecho yo.

-Es cierto, tú sí que me entiendes -depositó la mano sobre el brazo de yoo con un gesto suave y bien estudiado- menos mal que estás aquí, sino creo que no lo soportaría.
yoo se regocijaba interiormente, mientras su rostro componía una suave y comprensiva expresión.


-Puedes contar conmigo para lo que sea –puso especial ímpetu en la última palabra.
jaejoong  iba a responder, pero la voz seca y cortante de yunho se lo impidió.


-jaejoong, te estamos esperando –gruñó taladrándolo con la mirada antes de volver a entrar en el despacho.
jaejoong, que se había envarado intencionadamente al escuchar la voz del marqués, dejó caer los hombros hacia delante y soltó el aire de forma sonora una vez que éste desapareció de su vista.

-Estoy comenzando a pensar que ellos tienen razón –se lamentó comenzando a caminar hacia la puerta que yunho había dejado entreabierta.

yoo lo observó alejarse. No sentía ningún tipo de remordimiento por lo que estaba haciendo, pero si las cosas entre aquellos dos continuaban mal, quizás podría hacer partícipe a jaejoong de sus planes. Si lograba ponerlo de su parte, como antes de que se casara con su hermano, el  podría ser una buen aliado.
Meditando sobre aquella posibilidad se encaminó hacia los establos.

-¿Hacía falta que me miraras de esa forma tan horrible? –murmuró al entrar en el despacho a la vez que adornaba su rostro con una radiante sonrisa dirigida al abogado.

-Puedes hablar con total tranquilidad –respondió yunho divertido mientras lo tomaba de la cintura y lo acercaba hasta el lugar donde el letrado se encontraba- Yoochun es un hombre de fiar y está al tanto del extraño comportamiento de yoo.

-Un placer volver a verlo señor–saludó el hombre que ya se había puesto en pie.

-El placer es mío caballero, pero siéntense y continúen. No quiero interrumpir.

-Precisamente estábamos estudiando los documentos que Ginés te entregó –dijo yunho tomando asiento tras la recia mesa del despacho- yoochun no ha encontrado nada sospechoso en ellos, todo parece estar en regla.
El abogado atajó la incipiente sonrisa de jaejoong aclarando:

-De todas formas creemos que todas las precauciones son pocas. La documentación no está completa, pero además voy a enviar a uno de mis ayudantes a estudiar los terrenos en los que supuestamente se encuentran estas minas.

-¿Se encuentran cerca? –preguntó curioso.

-No precisamente.

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Tras visitar la taberna para saber si le habían dejado algún mensaje, yoo volvió a la hacienda con una sonrisa en la cara. El final cada vez estaba más cerca, la relación entre su hermano e jaejoong era cada vez más tirante. Esa noche tantearía al propio    yunho para tratar de averiguar qué pensaba de su adorado esposo. Si todo marchaba como él esperaba jaejoong podría serle de más ayuda de lo que en un principio había pensado.

Casi le quemaba la punta de los dedos al pensar en la cantidad de dinero que le iba a dar yunho cuando aceptara la inversión que le había presentado. Porque claro que iba a aceptarla, su plan no tenía ninguna fisura y por muy listo que fuera yunho no podría comprobar la veracidad de la inversión a tiempo. Esta vez él sería el vencedor, ganaría a yunho y todos se darían cuenta que él, yoo, era más listo que su venerado hermano mayor. La sonrisa siniestra que asomó a su rostro deformó de tal manera sus facciones que hubiera sido difícil reconocerlo, hacía tiempo que la lejana voz de su conciencia se había acallado por fin. Ninguna distracción más.

En ese mismo momento en el interior de la biblioteca de la hacienda del marqués de, éste y su esposa mantenían una serena y sincera conversación.

- Ahora me he dado cuenta de ciertos comentarios de yoo que no debería haber dicho, o por lo menos no con la intención de inmiscuirse en nuestras cosas – jae suspiró mientras se hundía un poco más en la silla en la que estaba sentado frente al escritorio de yunho.

yunho se sentía dolido y traicionado por las últimas acciones de su hermano, pero también estaba furioso por ver cuán decepcionado y herido estaba jaejoong, el que siempre se había portado bien con yoo, que había sido su compañero de juegos y travesuras, el amigo más leal que se hubiera podido encontrar. Levantándose con agilidad rodeó el escritorio y se apoyó en la parte delantera de la mesa, a pocos centímetros de donde estaba su esposo.

- Ven aquí jaejoong – pidió yunho tendiéndole la mano. Tras una mirada interrogativa jaejoong se levantó y se acercó a yunho. Situándose entre sus piernas lo acercó lo máximo que el vestido de día le permitía y acariciándole los brazos intentó animarlo.

- yoo nos ha decepcionado a todos y lo que más lamento es el dolor que te está causando – tras un ligero beso en la frente de su esposo continuó más animado – pero no te angusties, pronto sabremos qué es lo que está pasando en realidad. Solo tendremos que soportar esta situación un poco más.

jaejoong apoyó la cabeza en su hombro y suspiró. Lejos quedaron los días en que se arrepentía de su unión con yunho, de esa boda que había odiado y detestado con tanta pasión y que ahora comprendía era lo mejor que le había pasado. Esas semanas que habían transcurrido había aprendido a confiar plenamente en su esposo y también, casi sin darse cuenta había adquirido una independencia y una fortaleza de carácter que no creía poseer. Ahora, rodeado por los brazos de su amado esposo, comprendía que ya no era el joven que salió para casarse, sabía lo que quería y lo que tendría que hacer para defender su felicidad y la de yunho. No comprendía los motivos de yoo, pero no dejaría que su influencia lo apartara nuevamente de su esposo. Con la mirada perdida en las danzarinas llamas de la chimenea, jae rememoró todos los instantes que había vivido junto a yunho y yoo, desde la primera vez que yunho lo vio subido a un árbol, la vez que lo ayudó a subir a su poni, la risa contagiosa de yoo.

- ¿en qué piensas jaejoong? – le preguntó suavemente su esposo mientras acariciaba de forma pausada su estrecha espalda.

- Estaba pensando que no me gusta esta situación, solo quiero que se acabe cuanto antes. No me gusta fingir ante yoo, pero si con ello conseguimos aclararlo todo, que así sea – contestó como renovado arrojo. yunho fijó la mirada en la cara resuelta de jaejoong y un brillo de admiración llenó de calidez su mirada oscura.


- Yo también quiero que todo se aclare y no sé porqué pero creo que esta noche yoo intentará convencerme otra vez de que acepte participar en esa inversión. Lo que no sabe es que a mi vez, intentaré averiguar algo más de sus planes. Con un poco de suerte, todo este asunto se aclarará pronto. Te lo prometo. – con ternura le asió la cara con las dos manos, acercó despacio sus labios a los de su esposo y saboreó la dulzura de su boca
Esa noche, jaejoong se había retirado temprano al dormitorio. Lo cierto es que los últimos acontecimientos relacionados con yoo lo habían afectado más de lo que quería reconocer ante yunho.
¡Pensar que una vez soñó con convertirse en su esposo!....Con una seca carcajada desechó sus pensamientos; habría sido la peor decisión de su vida. Ahora que conocía la dicha de amar profundamente y sentirse amado por un hombre como yunho sabía que sería muy difícil encontrar algo remotamente parecido junto a otro hombre. Pero los extraños comportamientos de yoo le preocupaban y entristecían a partes iguales, ¿qué había pasado por su mente para que se comportara de una forma tan mezquina? jae no creía que fuese amor hacia el, de hecho si repasaba los momentos que habían vivido juntos en el pasado tenía que reconocer que yoo siempre lo buscaba como un compañero de juegos con el  que hacer bromas y confidencias pero era el  que albergaba pensamientos románticos respecto a él. No tenía ni idea de sus motivaciones actuales y saber que ya no podría volver a confiar en él nunca más lo llenaba de melancolía.


Por su parte, yunho meditaba en el despacho mientras bebía una copa de jerez. También sus pensamientos rondaban en torno a su hermano. Desde muy pequeño yoo había sido el más alegre y desenfadado de los dos pero yunho lo sabía capaz de guardar un enorme rencor hacia los demás y sabía que sus reacciones a veces podían ser desmedidas. A su mente acudió el recuerdo de miquel, el joven mozo de cuadra que fue despedido por culpa de las calumnias de su hermano menor, como se pudo demostrar más tarde, y todo porque éste contaba con el favor de una de las doncellas con las que yoo pretendía darse un revolcón. Sí, él sabía que su hermano era capaz de ser muy mezquino pero en parte se sentía culpable por este fallo de su carácter.

Sus padres habían muerto cuando yoo apenas acababa de salir de la niñez y él, agobiado por sus nuevas responsabilidades y abrumado por la pérdida de sus aspiraciones militares, apenas le había prestado atención. Seguramente el joven se había sentido muy solo y sin una guía que lo encauzara.
En ese momento oyó pasos por el pasillo y supo que su hermano se dirigía al despacho, probablemente para volver a hablarle del negocio que le había propuesto. Con rapidez trató de pensar una excusa que darle para no invertir todavía; quería esperar la respuesta del abogado que había ido a supervisar el terreno donde se encontraban las minas.
Pero cuando su hermano estuvo sentado frente a él con una copa de vino en su mano la pregunta que salió de sus labios no fue, ni mucho menos, la que yunho esperaba:

- Y dime hermanito, ¿cómo van las cosas con tu díscolo espocito?

A pesar de que le había tomado por sorpresa,yunho no lo demostró. Recostándose contra el respaldo del sillón respondió con voz calmada:

-Me parece que eso no es asunto tuyo, hermano.

-Vamos yunho, no te lo tomes a mal –añadió sonriendo con dulzura- no pretendo entrometerme, pero conozco el carácter díscolo y tozudo de jae mejor que tú. Y sin falta de que nadie me lo diga, sé que no estáis pasando por un buen momento.
yunho que estudiaba las facciones en apariencia relajadas de su hermano, permaneció en silencio, mostrarse más hablador iría contra su carácter reservado. ¿Dónde quería llegar yoo con todo aquello?

-Realmente sería una lástima que hubieras escogido a el esposo equivocado –comentó dando un sorbo y contemplando el licor que aún quedaba en la copa.

-Tal vez tengas razón… -dejó caer, al instante observó como una de las cejas de yoo se elevaba levemente, había captada su atención- …tal vez me precipité en mi decisión.
A yoo  le costaba permanecer sentado en el sillón aparentando indiferencia, aquello era más de lo que podría haber esperado. Yunho comenzaba a arrepentirse de haberse casado con jaejoong.

-No tenía idea de que las cosas estuvieran mal hasta ese punto –le costó no regocijarse ante la cara de su hermano- Pero estoy seguro de que lo arreglaréis.

-Sí –dejó escapar un largo suspiro de resignación- supongo que no quedará más remedio que tratar de arreglarlo. Ahora si me disculpas ha sido un día complicado y estoy cansado.
Se había puesto en pie mientras hablaba.

-Por supuesto. Por cierto, has tenido tiempo de estudiar los documentos que te envié por jaejoong hace unos días.

-Aún no he tenido tiempo –puso cara de fastidio- A jaejoong se le olvidó dármelos, en cuanto tenga un minuto me pondré con ellos.

-No hay problema –dijo intentando esbozar una sonrisa- no corre demasiada prisa.
yunho asintió satisfecho y ya se disponía a salir de la estancia, pero antes se volvió a observar a su hermano.

-yoo –esperó a que éste se volviera de nuevo hacia él- me alegro de que al fin tengas interés en algo provechoso.
La ira lo estaba devorando por dentro, por lo que no pudo más que forzar una sonrisa y elevar la copa casi vacía en dirección a su hermano.
-Buenas noches –se despidió yunho antes de salir y cerrar la puerta tras él.
Había visto el brillo de los ojos de su hermano y sabía que lo había llevado al límite. Sus ojos siempre resplandecían de aquella manera cuando no se salía con la suya. Tendría que contarle a jaejoong lo ocurrido y sugerirle que anduviera con cuidado. No podía imaginar a yoo haciéndole daño a su esposo, pero con él ya no podía estar seguro de nada.

yoo reprimió el deseo de estrellar la copa contra la pared cuando su hermano salió de la sala. Aquel  maldito estúpido se había olvidado de entregarle los documentos a yunho, ahora tendría que continuar esperando. Apretó las mandíbulas con frustración y maldijo en silencio.
De todas formas no todo había sido malo, la conversación con yunho había sido de lo más reveladora. Tenía otra baza en su mano y no la desaprovecharía.

yunho conocía muy bien a su hermano, sin darse cuenta había experimentado un cambio muy palpable, el brillo de sus ojos era frío y una cínica sonrisa parecía adornar siempre su boca. Con una pequeña mentira había conseguido más tiempo, esperaba que el suficiente para que quien habían enviado a confirmar la veracidad de la inversión pudiera volver con la verdad de todo ese asunto. Mientras subía la escalera pensaba en la conversación que había tenido con yoo, le dolía haber metido a jaejoong de por medio, pero fue lo único en lo que pensó para no tener que enfrentarse a yoo, no en ese momento, no todavía. Con un suspiro entró en su dormitorio y sin detenerse se dirigió al gabinete que lo unía con el dormitorio de su esposo, y allí lo encontró.

jae había intentado distraerse con un libro mientras no paraba de pensar en su esposo y cuñado. Nada más verlo entrar dejó el libro a un lado y se puso de pie, con una mirada interrogó a su esposo. La sonrisa de yunho expresaba más cansancio que tristeza.

- Tranquilo jaejoong, no he podido aclarar nada – explicó yunho
Con un ligero mohín jae volvió a sentarse en el canapé, tras colocar la falda cogió la mano de su esposo y le hizo sentarse a su lado. Inmediatamente yunho rodeó los hombros de su esposo, que apoyó la cabeza en su hombro, con una leve inspiración olió el aroma florar del cabello de jae. A pesar de todo lo que estaba aconteciendo en los últimos días, yunho era dichoso porque el lazo que lo unía con su esposo parecía fortalecerse cada día.

- Entonces, ahora solo nos queda esperar. Solo espero que todo se resuelva cuanto antes – jae distraídamente hacía girar el anillo de su dedo anular.

- Sí, solo nos queda esperar. Aunque me gustaría pedirte que no te quedes a solas con yoo.

- ¿Por qué?, ¿Crees que sería capaz de alguna locura? – preguntó sorprendido jae, se irguió para mirar a yunho.

- No, es solo que, verás – algo azorado yunho le explicó que lo había usado a el como excusa para el retraso de los documentos.

- Serás bribón – le recriminó una sonriente jae – así que, resumiendo, me has echado a mí la culpa. Que poca hombría hacer eso con tu esposo. – dándole un ligero golpe en el brazo se puso en pie. Fingiéndose ofendido se encaminó hacia sus aposentos, pero no llegó muy lejos. Una mano de hierro lo asió por la muñeca y lo hizo caer sobre el regazo de yunho.

- Pues dígame usted, señor mío, cómo habría ganado tiempo.

- Seguro que algo se me habría ocurrido, sin lugar a dudas – y ocultando una sonrisa pasó sus brazos por el cuello de yunho, y con una voz que pretendía ser inocente comentó – Ahora dígame usted, caballero, cómo voy a tratar de evitar a su hermano, si mañana no tengo prevista ninguna salida.


- Pues había pensado que podías acercarte a la modista del pueblo. El otro día comentó kristal que había recibido nuevos patrones de las últimas tendencias. Me encantaría verte con un vestido dorado – un brillo pícaro iluminó sus ojos con esa confesión.

- yunho, sabes que tengo que llevar luto durante un tiempo, aunque te prometo que no será mucho – se apresuró a decir al ver que su esposo fruncía el entrecejo por el recuerdo de don Tae.

-jaejoong, comprendo que cuando vayas al pueblo o si viene alguna vista, debas vestir así. Pero en casa solo estaremos nosotros y lo que menos se merecía ese malnacido es veros de luto por él. En casa te quiero como siempre, no de negro.

Pero jaejoong no pudo contestar, estaba demasiado concentrado en los besos que su esposo estaba posando por su cuello, en la mano que ahora se movía por su espalda, en la tensión que surgía de los fuertes muslos de su esposo. En ese momento  jaejoong dio gracias, una vez más, del esposo tan comprensivo que compartía su vida.
Solo esperaba que todo lo relacionado con yoo se aclarar pronto, la espera era la mayor angustia. Solo un par de días más, dos días y todo se habría aclarado.


yunho  había salido temprano esa mañana y el, como le había sugerido él, había quedado con kristal para visitar a la modista. Pero primero había decidido pasar a visitar a su madre. Sabía que en esos momentos se sentía mucho más tranquila y relajada que en cualquier otro momento de la horrible convivencia con don tae, pero de todas formas consideraba que había vivido una situación extremadamente difícil y eso no era fácil de superar.

Sus miedos y suposiciones no podían estar más lejos de la realidad, su madre  lucía el mejor aspecto que jae podía recordar. Su rostro había recuperado el color y sus labios lucían una cálida sonrisa.

-Qué alegría verte, tesoro. ¿Cómo van las cosas con yunho? Espero que mejor -dijo con sinceridad mientras le señalaba el sillón frente a ella.

-Bien, hemos arreglado nuestras diferencias –respondió sonrojándose ligeramente.

-Me alegro –asintió satisfecha al ver el brillo que iluminaba los ojos de su hijo.

-Ahora tenemos otro problema entre manos –añadió con pesar.
joyool frunció el ceño, animándolo a contarle el problema que les aquejaba.
jaejoong  relató los sucesos que les estaban llevando a sospechar que yoo estaba tramando algo.

-Pero aún no sabemos qué es lo que pretende y por qué.

-Ya te advertí que ese muchacho no era trigo limpio. Hay algo en él que no termina de gustarme, es… envidioso. Sí, definitivamente creo que lo mueve la envidia.


-No sé, quizás tengas razón, pero él tiene todo lo que pueda desear, yunho nunca le ha negado nada –reflexiono jae.


-La gente envidiosa no solo ambiciona las cosas materiales.

-De todas formas, olvidémonos de yoo –hizo un gesto con la mano como si quisiera borrarlo de su cabeza- He estado revisando el desván de la mansión y he encontrado verdaderas joyas, algunas necesitan ser restauradas, pero creo que serían piezas muy interesantes para el rastrillo.

-¿Y qué opina yunho de esa idea tuya? –preguntó prudente, antes de entusiasmarse con la idea.

-No hay ningún problema, le daré una lista de los objetos y él decidirá cuales podemos emplear.

-Entonces perfecto –exclamó dando palmas- si necesitas ayuda para seccionar las piezas, házmelo saber.

De camino a la modista, aún se sentía sorprendido por la capacidad de recuperación de su madre, pero se alegraba por ella.
Ahora las palabras sobre yoo volvían a rondar por su cabeza. ¿Tendría razón y el problema de su cuñado sería que envidiaba a yunho? Ya no sabía que pensar, pero todo podía ser posible.
Caminaba distraído y no vio al hombre que caminaba en dirección a el.

-Buenos días señorita… discúlpeme señor marques.
Sobresaltado miró al hombre que en ese momento hacía una reverencia ante el.

-Buenas días señor Lee, hacía tiempo que no le veía –dijo reconociendo al caballero en cuestión.
Había sido amigo de su padrastro y en ocasiones habían hecho negocios juntos, nunca le había gustado, pero siendo amigo de don tae no se podía esperar otra cosa.

-¿Estáis solo, señor? –preguntó mientras miraba a su alrededor, tratando de localizar a su acompañante.

-Sí, bueno. He quedado con una amiga y el cochero me espera en la otra calle que es menos transitada y entorpece menos el tráfico.
Don Siwan Lee ( jajajajaj no me sabia su apellido aaaaa no sabia aquien mas poner y me salio el nombre jjaja) le dedicó una enigmática sonrisa a la vez que le ofrecía el brazo.

-Si me permite, yo mismo lo escoltaré hasta el establecimiento dónde lo espera su amiga.

-No se moleste…
-Insisto –el tono no dejaba margen de réplica e jaejoong no tuvo más opción que asirse del brazo que le ofrecía.

-¿Qué tal está vuestra madre? Debió de ser terrible para ella. Lamenté muchísimo no encontrarme en la ciudad en esos momentos. Lo que no logro entender es como se le pudo disparar el arma de esa manera tan tonta –se interrumpió unos segundos antes de continuar hablando- pero claro fue un accidente, ¿verdad?


-Sí, un lamentable accidente –repuso jaejoong un tanto nervioso.
Aquel hombre nunca le había resultado agradable y en esos momentos menos que nunca, era más que evidente que estaba haciéndole saber que no se había creído la versión oficial de la muerte de don tae.


-Si no le importa, tengo que dar un recado aun conocido, será solo un momento y apenas nos desviaremos del camino –aclaró a la vez que comenzaba a tirar de el hacia una calle lateral.


-No se moleste, puedo continuar solo –apostilló tratando de desasirse del brazo del señor, pero una mano grande y pesada se posó sobre la de el impidiéndoselo.

-Será mejor que me haga caso, querido –la sonrisa, ahora, cruel que adornaba sus labios le hizo estremecer de pies a cabeza.
Con rapidez y sin darle tiempo a reaccionar, se sintió arrastrado hacia una puerta desvencijada que se abría en una de las paredes del callejón hacia el que había sido llevado.
Como si don siwan hubiera leído sus pensamientos, lo atrajo hacia él y le tapó la boca, impidiéndole lanzar el grito que había comenzado a nacer en su garganta.

-Si se porta bien, marques, nadie saldrá herido –casi ronroneó junto a su oído.


Continuara……………………
Ps como están, epsero todas bien sorry el fin no pude actualizar estaba de un sueño fatal y encima medio la gripe vida cruel, pero ya estoy mejor……………………. Espero les guste.