Capítulo 3 : Kristal
Jaejoong había cumplido su promesa de estar la mayor cantidad de tiempo posible en la que hasta el día anterior había sido su casa. En el camino hasta la casa Kim había conseguido afirmarse en su resolución, a partir de ahora evitaría a su esposo todo lo que pudiera y frente a él sería como un témpano de hielo, solo rezaba para que su cuerpo traicionero no lo delatara. Aún no podía entender cómo había sucumbido tan fácilmente a unas pocas caricias y a unos apasionados besos. No importaba, aunque su esposo le dedicara alguna mirada o caricia………...un escalofrio recorriera su cuerpo con solo pensarlo. No, su decisión era firme, su mente sujetaría la lujuria que lo embargó la noche anterior y su esposo se daría cuenta que nadie podía doblegar a kim jaejoong.
Jiyool no se sorprendió cuando le anunciaron que su hijo había ido a verla. Anhelaba y temía a la vez su visita, solo con mirarlo a los ojos podría comprobar que, aunque en contra de su voluntad, el matrimonio no había sido un grave error, su mayor temor era que jaejoong fuera infeliz y maltratado. El joven Jung era un hombre serio, sí, pero también honorable y justo. Aunque había intentado explicárselo a jaejoong, Jiyool había apoyado ese matrimonio porque cuanto más lejos estuviera de su padrastro mejor. En cuanto vio la mirada desafiante e iracunda de jaejoong supo que algo no andaba bien, pero también había un brillo especial en sus ojos, algo que no podía descifrar. Tras charlar con su hijo, jiyool empezó a pensar que su hijo podría llegar a ser feliz en su matrimonio, si su esposo lograba comprender su carácter explosivo.
Conforme pasaban las horas jaejoong esperaba con irritación y desconcierto a la vez la llegada de su esposo, había tomado un relapago de almuerzo junto a su madre y ahora sentados en la salita que daba al este escucharon como un carro se detenía frente a la casa.
Antes de verlo o de oírlo siquiera su cuerpo intuyó quién entraba en esos momentos en la casa. Odiándose a sí mismo notó cómo se ruborizaba un poco cuando recuerdos traidores de la noche pasada cruzaron su mente. Cuando aún no habían terminado de anunciar su nombre el Señor Jung hizo su entrada, con pasos largos y decididos se plantó delante de su suegra y su esposo. Su mirada oscurecida por la ira se posó en su flamante esposo. jaejoong se puso lentamente en pie y desafió con la barbilla en alto.
La madre de jaejoong intuyendo la tensión entre el joven matrimonio intentó relajar un poco el ambiente, fue en vano, ninguno parecía escucharla. Yunho aun enfadado por la escapada de su esposo y por el miedo de su abandono no pudo dejar de admirar su belleza con el espléndido traje que llevaba, jaejoong no podía apartar la mirada de ese cuerpo atlético y fuerte que a pesar de estar cubierto de ropa seria y oscura no le restaba ni un ápice de atractivo a su noble apostura.
Tenerlo ante él mirándolo de aquella manera estaba despertando sensaciones y deseos contradictorios dentro de él. Estrangularlo era uno de los impulsos que estaba reprimiendo, pero el que más le estaba costando controlar era el de apoderarse de aquellos labios tentadores que se fruncían impertinentes.
Sin apartar los ojos de los de jaejoong, yunho se dirigió a su suegra.
-madre , ¿se encuentra su esposo en casa? -a pesar del fuego que continuaba en su mirada, su voz sonó demasiado tranquila.
-Sí, si no me equivoco se encuentra en su despacho -respondió preocupada. Acaso el pretendía hablarle a Tae de la escapada de jaejoong. Sus manos se retorcían nerviosas y sus palabras salieron ligeramente atropelladas- Imagino que estará ocupado... si queré dejarle algún recado...
-No -contestó rotundo- lo que tengo que decirle solo me llevará un momento, no le robaré demasiado tiempo.
Arqueó una ceja al observar que la mirada de jaejoong se había vuelto más violenta y que el semblante de su suegra había perdido el color.
¿Qué les pasaba a aquellos dos? Movió la cabeza dándose por vencido, nunca había logrado entender las reacciones de madre e hijo, no parecía que fuera a comenzar a hacerlo en esos momentos, el jamas tuvo esa mirada de complicidad con su madre ya que apenas y la vio.
-No tardaré,nos marcharemos en cuanto hable con tu padre.
No se detuvo a esperar una posible protesta de su esposo, abandonó el salón y se dirigió hacia el despacho de su suegro.
-¡Señor! ¿Crees que le diga algo? -interrogó su madre a punto de sufrir un colapso.
-No lo sé madre –respondió jaejoong con la vista clavada en la puerta por donde su esposo había salido- Pero no voy a permitir que te cause ningún problema.
Sin pensárselo dos veces salió tras él.
Si yunho hablaba con su padrastro, estaba seguro de que sería su madre la que terminaría pagando su falta y no podía permitirlo. Corrió por el pasillo escasamente iluminado, rezando para poder llegar antes de que fuera demasiado tarde.
-¡yunho! -casi gritó al comprobar que ya tenía la mano sobre el la puerta
Espera.- dijo jaejoong un poco temeroso
-Te dije que te prepararas para partir -dijo con la mandíbula apretada- ¿Nunca haces lo que se te ordena?
-No le digas a mi padre que he venido sin tu consentimiento -pidió, ignorando la pregunta que la acaba de formular.
yunho frunció el ceño ante la extraña petición de jaejoong.
-No tenía pensado hacerlo. Ese tema lo trataremos en privado usted y yo, señor.
Una mezcla de alivio y temor se apoderó de el, no sabía si fulminarlo con una de sus venenosas miradas o si darle las gracias. Prefirió obsequiarlo con lo primero, desafiándolo con sus ojos negros. perdido por unos instantes yunho olvidó el motivo que le había llevado ante aquella puerta, cuando lo recordó volvió a dirigirse a jaejoong.
-Tardaré apenas unos minutos -tomó el pomo de la puerta de nuevo- Cuando salga te quiero dentro del auto.
Su voz sonó rotunda. Sin añadir más, golpeó la puerta con los nudillos a la vez que la abría.
-Espero no molestaros, hay algo de lo que me gustaría habla...
Lo escuchó decir antes de que cerrara la puerta casi en sus narices.
Volvió a debatirse entre quedarse tras la puerta a escuchar o hacer lo que le había mandado. En esa ocasión la sensatez lo llevó a obedecer a su esposo.
jiyool continuaba descompuesta en el lugar que jaejoong la había dejado.
-No tienes nada que temer madre -dijo a la vez que le daba un beso en la pálida mejilla para tranquilizarla- me tengo que ir
-si, Consideré que sería mejor no enfurecer más a tu esposo -respondió algo más tranquila, mientras el color regresaba poco a poco a su rostro.
Cuando jaejoong salió de la casa, jaejoong lo esperaba acomodado. jiyool permanecía de pie junto a la puerta esperando para despedirlos.
yunho se puso ante ella, dándole la espalda a jaejoong, que observó curioso la actitud de su esposo a la vez que contemplaba los anchos hombros y lo bien que la chaqueta se asentaba sobre ellos.
Apartó la vista enojado consigo mismo por fijarse en aquellos detalles, que no debería importarle en lo más mínimo. Cuando volvió a mirar se encontró con el semblante radiante de su madre y el rostro sonriente de su esposo.
-la esperamos esta tarde, querida suegra -murmuró yunho para que jaejoong no alcanzara a escuchar sus palabras- Ahora debemos irnos.
-¡Gracias! -dijo su suegra emocionada. A la vez que agitaba la mano a modo de despedida.
Después de eso, yunho subio al coche y tras despedirse nuevamente de su suegra emprendieron el viaje.
jaejoong estaba muy callado y lo que él quería era que empezara a hablar y que le diera una explicación del porqué se había ido sin dejarle una nota o al menos decirle en la mañana que tenía pensado irse sin más.
Pero también pensaba en la noche anterior, en como el respondió a sus caricias sin ningún reparo. Tenía ganas de llegar ya a su casa, tomarlo en brazos y subir corriendo las escalares hasta su dormitorio para hacerle el amor. Tener esas piernas blancas como la leche alrededor de su cintura mientras él... ¡Dios! su excitación era tan notorio que sería sorprendente si su esposito no se daba cuenta.
Pero sabía que antes de eso tendrían unas palabras, o mejor él tendría unas palabras con el. Tal vez si se ganara la confianza de su suegra, ella le podría ayudar a ganarse la de jaejoong o al menos le diría algo que fuera de ayuda.
Pero todo eso tendría que esperar, los negocios que fue a atender durante el día se mezclaban con un regalo que él le tenía preparado.
Tal vez si su niñez no hubiese sido tan dura y estricta él hubiera sido un poco como su hermano, despreocupado viviendo el día a día sin importar el mañana y sólo tal vez jaejoong se hubiera enamorado de él. Lamentablemente las cosas no siempre son como uno las desea pero al menos su padre ya estaba muerto y con él los dolorosos recuerdos de su niñez.
Gracias- fue la única palabra que sonó en todo el camino de regreso a la mansión de los Jung .
yunho asintió con un gruñido y un casi inapreciable movimiento de cabeza. ¡Qué demonios le pasaba a ese niño!, sabía que era impulsivo y testarudo, pero tenía que entender que eso debía terminar, ¡era un hombre casado y no el mocoso que correteaba y hacia cuanto le venía en gana! Era su esposo, pesará a quien le pesará y debía empezar a comportarse como tal, en la casa y por supuesto en su cama. Una casi invisible sonrisa se dibujo en su cara.
jaejoong tenía los nervios a flor de piel, le había agradecido el gesto que había tenido con su madre, estaba contenta, durante un tiempo no debería preocuparse por ella.
Por quien si debía preocuparse era por sí mismo, estaban llegando a la mansión, donde tenían una conversación pendiente
Bueno tal vez- pensó- podemos dejarla para más tarde, al fin y al cabo no ha comido, igual tiene hambre- intentando darse ánimos.
Llegaron a la puerta principal, yunho y se acerco a la otra puerta con intención de ayudar a jaejoong a salir del auto, pero este salio tan rápido que solo pudo mover la cabeza en forma de paciencia yunho paciencia.
No es necesario, gracias, ……….subiré a cambiarme y a descansar un poco, el regreso me ha agotado- mintió- mientras subía las escaleras de dos en dos, donde Siwon los esperaba con la puerta abierta
Subiré contigo, yo también quiero refrescarme, no tenía intención cuando llegue a casa de volver a salir en busca de mi esposo- contestó yunho mientras se quitaba la chaqueta, el chaleco, se lo entregaba a siwon, sin decirle nada .
Y continuaba con paso decidido cruzando el hall, persiguiendo a su esposo, mientras se desabrochaba el corbatín, aflojándose el cuello de la camisa, ante la atónita mirada de una joven empleada que no pudo dejar de admirar a su fornido señor
Jaejoong paro de golpe en las escaleras que conducían al piso de arriba, se giró y con los brazos cruzados y fingida inocencia contesto- no deberías pedir a Siwon que te preparase algo de comer?, no sabía que nos honrarías con tu presencia en casa de mi madre a la hora de comer y no te esperamos.
No sabía mi hermoso esposo ; que cuando llegase a casa no estarías en ella….- dijo yunho mirándolo mientras caminaba y le entregaba sus pertenencias a siwon
Te lo dije ayer –bajo el tono acercándose a él no quería dar un espectáculo, siwon, continuaba en la entrada esperando instrucciones y Valeria creía recordar que se llamaba así la empleada, continuaba con la boca abierta, contemplando las fornida espalda de su marido y las musculosas piernas que se adivinaban bajo los pantalones que se ajustaban a la perfección a un trasero de infarto.
y jaejoong no pudo resistirse- Valeria que estas mirando…
yunho giro la cabeza hacia Valeria y una lenta sonrisa se fue dibujando en su rostro, eran celos lo que había visto por un instante reflejado en los ojos de jaejoong.
jaejoong témenos una conversación pendiente tu y yo, me da igual tenerla aquí abajo o en la habitación, pero la quiero ya…
-Te he dicho que estoy agotado ahora no me va bien... – giro y continuó subiendo escaleras más deprisa.
- Cobarde.- dijo yunho sonrio cuando jaejoong paró en seco, se giro y desafiándolo con la mirada le dijo.
- por mí no hay problema que tal si hablamos mientras domamos una ducha.- dijo jaejoong después de un segundo se dio cuenta de lo que había dicho se maldecía.
-Buena idea cariño, siwon que nos preparen el baño… mientras hablamos
- maldita boca- susurro para sus adentro jaejoong cuando aprendería a estar callado.
Para gran suerte de jaejoong, un hombre llegó para reclamar la atención de su esposo con un pequeño problema que urgía de su inmediata presencia. Aun así no se marchó sin decirle que lo esperara hasta su regreso.
A los oídos de jaejoong aquello había sonado a orden pero no se molestó ni en contestarle.
jaejoong se vistió con pesades. A penas tenía valor para enfrentarse a la realidad de su situación e incluso sintió vergüenza ante las miradas de los criados que parecieran criticarla abiertamente.
Su furia se había transformado en temor a medida que pasaban los minutos y por más que dilató su entrada en el comedor, el momento llegó con una tensión casi palpable. Estaba casi seguro que yunho regresaría con prontitud.
El estómago de jaejoong se agitó solo de pensar que debería tomar asiento frente a él. Pero para su alivio el hombre aún no estaba, y el seguía sin tener apetito y eso que apenas había probado bocado en todo el día. Se sirvió unas escasas porciones y terminó jugueteando con unas de las servilletas.
De repente irrumpió su esposo en la habitación con su porte orgulloso y el sintió unas terribles ganas de arrojarle algo a la cara, estuvo a punto de hacerlo sin embargo al ver su rostro relajado y atractivo, con una pequeña sonrisa pintada en la boca dura y firme, una horrible sensación de ansiedad de que lo abrazara le recorrió el cuerpo
-Me gustaría mostrarte las tierras ahora que tengo un poco de tiempo – le dijo él acercándose hasta su silla para ayudarle a incorporarse.
-¡Cuánto honor! Pero no hacía falta – le contestó con los dientes apretados – conozco tu tierras de sobra.
yunho frunció ligeramente el ceño ante el sarcasmo pero no dijo nada. Se limitó a tomarlo de la mano haciéndolo recorrer todo el interior de la residencia de cabo a rabo. Luego salieron por la parte trasera hasta los establos donde jaejoong prefirió no entrar, recordando lo ocurrido allí.
yunho debió de leer sus pensamientos porque su sonrisa se tornó repentinamente burlona.
-¿tienes miedo de entrar? – le dijo con una sonrisa burlona – señor, no voy a violarte.
Las mejillas de jaejoong adquirieron un tono rojo cuando cruzó los brazos sobre el pecho en actitud desafiante.
-Ya conozco este lugar – quiso que su voz sonara firme pero apenas era incapaz de oírse con los fuertes latidos de su corazón.
-De acuerdo – yunho se encogió de hombros – si prefieres cabalgar en mi montura…
-¡No! – jaejoong se tensó y corrió hasta el apartado donde estaba blue, sin esperar ayuda sacó al animal de su lugar. Ni siquiera le importó escuchar las risillas de yunho tras el. Le daba completamente lo mismo lo que pensara ese hombre pero desde luego no iba a cabalgar junto a él.
-Debí haberme cambiado por lo menos de ropa– contestó
-Desde que nos hemos casado no he oído más que quejas por tu parte. ¿Habrá algo que te guste o te haga ilusión? - La preguntó sujetando las riendas de blue y guiándolo hasta el exterior donde los rayos de sol parecían convertir en oro todo lo que tocaban
-Estoy enfadado contigo por si no lo has notado.
-Lo tendré en cuenta.- dijo yunho , al tiempo que sacaba su propia montura y ambos iniciaron el recorrido por las tierras.
jaejoong quedó maravillado al ver la extensión de la propiedad y pudo comprender que yunho le mostrara orgulloso sus pertenecías. Había huertos y un magnifico campo de arroz. Poseía animales de granja, un pequeño matadero y otro edificio donde Vivian los empleados
-Aquello es donde se hace el aceite – Dijo yunho
– Te llevaría hasta allí, pero estoy esperando visita. Deberemos dejarlo para otro día si no te molesta.
Jaejoong hacia un buen rato que se había relajado y hasta había comenzado a disfrutar del paseo sin embargo cuando la palabra visita sonó en su cabeza le miró enojado.
-Yo no deberé atender a tú visita. ¿Verdad?.- susurro jaejoong
-Por supuesto que sí – respondió sonriendo yunho
jaejoong frunció los labios molesto y estaba a punto de comenzar una nueva pelea cuando lo pensó mejor. Con un ligero golpecillo en su hermoso caballo Blue de un le ínsito a regresar rápidamente.
Por el rabillo del ojo descubrió a yunho junto a el, siguiéndolo muy, muy de cerca y disfrutando de aquella loca carrera.
jaejoong apenas le miró sobre el hombro y soltando una carcajada siguió su camino hacia la casa.
Fue una lucha por ver que animal corría más o quién era el mejor y por un momento jaejoong se olvidó quien era realmente su acompañante e inclinando la cabeza sobre su caballo le instó a alcanzar mayor velocidad.
¡El ganaría, blue era el mejor!
yunho lo miraba hechizado, ¿podría ser ese hombre que montaba a horcajadas su delicado esposo? Pero de delicado no tenía nada y eso le estaba causando un efecto demoledor.
de manera delicada fue bajando la velocidad solo para ver a ese joven bello y hermoso sonreír y correr, delicadamente y rudamente, ese esposo suyo cada momento le robaba el corazon.
Se la veía tranquilo y relajado encima del caballo y así era como quería tenerlo entre sus brazos.
Llegaron exhaustos a las puertas de los establos. yunho admiró las mejillas sonrosadas por el efecto de la carrera y el pelo revuelto de su esposo. Jamás se había sentido más atraído por un hombre.
- Me ha gustado mucho el paseo y me parece que por fin he encontrado algo que te hace ilusión.-el se sonrojó, de verdad que había disfrutado como nunca de un paseo a caballo. Tenía que admitir que su marido era un acompañante perfecto además de un perfecto jinete.
- Si, me ha gustado montar a caballo y…-no pudo decir nada más pues enseguida sintió la boca de su marido contra la suya, se sentía tan bien. Respondió al beso acercándose un poco más a él. Era increíble como el contacto con este hombre lo hacía olvidarse de todo a su alrededor. Solo eran ellos dos y en el fondo de su corazón le gustaba la idea.
El respondía con la misma pasión que él, lo acercó más maldiciendo por dentro porque estaban todavía montados en los caballos. Los brazos de el eran dulces y cálidos y por dios que se sentía en la gloria.
El ruido de la puerta los sorprendió, siwon se acercaba a ellos disimulando una sonrisa.
- Perdonen los señores, vengo a avisarles de que la visita ha llegado y los están esperando en la biblioteca.
yunho se separó de su esposo para decirle al hombre que ya iban, pero antes tenían que cambiarse no podían recibir así.
jaejoong contempló a su esposo, hacía un momento se derretía en sus brazos y al segundo volvía a comportarse de forma fría. Lo observó mientras se bajaba del caballo, se acercó a el y le tendió los brazos. No podía hacer el feo después de lo que había hecho por el.
Se dejó caer sobre ese cuerpo duro y fuerte hasta que sus pies rozaron el suelo. Pero él no lo soltó inmediatamente, al revés lo miraba fijamente.
- Si te parece bien podríamos salir a montar todas las mañanas, ¿de acuerdo?-jaejoong asintió, era una delicia y no iba a perder la oportunidad de hacerlo simplemente por intentar mantenerse lejos de él.
Sintió sus brazos envolviéndolo y de nuevo dejó de pensar y se sumergió en un mundo nuevo y precioso. El beso fue apasionado y posesivo, sus manos vagaban por su cuerpo y lo acercaban más a él.
El le puso los brazos al cuello y se dejó hacer, perdido de sus besos y de sus abrazos.
El susurró algo, sus labios subieron por su cuello dejando infinidad de pequeños besos que lo dejaron totalmente embriagado.
-umm, tenemos que irnos. Nos esperan, aunque preferiría estar contigo.
Mientras se acercaban a la hacienda, jaejoong se preguntaba que quién sería la visita. Su marido no lo soltabo la mano y el no quería soltársela.
Yunho y jaejoong subieron al dormitorio, dónde se asearon y cambiaron de ropa. Jaejoong un tanto abochornado y Julián maldiciendo su suerte. Pero no había tiempo para juegos amorosos por más que lo deseara, la persona que esperaba en el salón, no se tomaría a bien que la hicieran esperar.
Apartó la mirada de las tentadoras curvas de su esposo y terminó de componerse.
-¿Podrías terminar de abrocharme esto? -preguntó tras los vanos intentos de lograrlo por sí mismo, esa maldita camisa media extraña que su madre le regalo tenía un pequeño broche en la parte de atrás no sabía de donde sacaba esas ideas su madre, pero no importaba total solo el bestia la moda de la señora kim.
Dio un ligero respingo al sentir los dedos cálidos y acariciadores de yunho sobre su espalda.
-Listo -anunció tras carraspear para aclararse la voz- tengo que bajar, en cuanto estés listo reúnete con nosotros.
Dijo dirigiéndose hacia la puerta. Tenía que poner distancia entre ellos o al final sus dedos volverían a los diminuto broche, pero para soltarlos y recorrer la tersa piel de la espalda de jaejoong.
Sacudió la cabeza a la vez que salía al pasillo y cerraba la puerta. Se estiró, adquiriendo el porte altivo y serio que lo caracterizaba y se encaminó a las escaleras.
En el cuarto, jaejoong contemplaba el lugar por donde su esposo acababa de salir.
Se sentía tremendamente confundido, nada estaba saliendo como había imaginado. Yunho de pronto se le parecía más atractivo de lo que jamás le había parecido, su carácter seco y distante ahora era casi agradable, continuaba teniendo un fuerte temperamento, pero tras vivir con su padrastro los modales de yunho parecían los de una damisela sonrió por tal ocurrencia.
Suspiró mientras se arreglaba el peinado. Continuaba añorando a Yoo, pero las sensaciones que experimentaba cuando su esposo lo estrechaba entre sus brazos no tenían nada que ver con la ternura que le inspiraba Yoo con sus modales galantes y sus delicados y furtivos besos. Amaba a Yoo, o eso había pensado hasta esos momentos, acaso era tan superficial y sus sentimientos tan débiles que ya hasta dudaba de ellos.
Pensó , de todas formas poco importaban ya sus sentimientos por Yoo, era la esposo de yunho y por ende Yoo se había marchado, abandonándolo en el peor momento. Quizás después de todo fuera mejor así, contempló su imagen en el espejo y tras acomodar bien , decidió que estaba perfecto para recibir visitas.
Siguió los pasos de yunho y comenzó a bajar las escaleras. Antes de alcanzar los últimos peldaños, llegó hasta el una risa cristalina y vibrante que procedía del salón.
Frunció el ceño y se dirigió hacia allí. Yunho no le había aclarado quien era la misteriosa visita, pero era evidente que se trataba de una mujer,intrigado entró en la amplia estancia y la escena que se encontró lo hizo enfurecerse.
Efectivamente era una mujer, una que mantenía los brazos alrededor del cuello de su esposo a la vez que continuaba riendo algo que él acababa de decir.
Un irracional deseo de arrancarla de encima de su esposo se apoderó de el. Pero se contuvo, apretó los puños con fuerza para conseguirlo y carraspeó para hacerse notar.
-¿Interrumpo algo? -preguntó a la vez que se acercaba a la pareja echando fuego por los ojos a la vez que estudiaba la espléndida silueta de la desconocida.
Sus modales no fueron del agrado de yunho, que clavó sus oscuros ojos de forma peligrosa en el, pero prefirió ignorarlo.
-¿No vas a presentarnos? -lo desafió sin apartar la mirada de la mujer que también parecía estar estudiándolo, aunque en sus ojos bailaba la diversión.
-Tú debes de ser jaejoong -dedujo- Yo soy Kristal Park y por tu expresión imagino que tu querido esposo no te ha hablado de mí.
-Está claro que no lo ha considerado necesario, pero estoy seguro de que usted estará encantada de ponerme en antecedentes -respondió con tono seco y cortante.
-jaejoong -siseó yunho amenazante, que continuaba junto a la mujer.
Ambos parecían ignorarlo, retándose con la mirada y observándose con detenimiento.
-Mi difunto esposo y yunho -dijo acercándose un poco más hacia él- tenían importantes negocios juntos. Ahora, mi querido amigo , me ayuda a mí a continuar con las inversiones, aconsejándome y guiándome.
-Muy amable por su parte -respondió de forma cortante- Si la señora Park está aquí para tratar asuntos de negocios, no veo necesaria mi presencia en este salón.-Dijo alzando la barbilla y dirigiéndose al final a su esposo, que parecía querer fulminarlo con la mirada.
-Tan vez le resulte n muy aburrido -asintió kristal divertida.
-Pues entonces será mejor que no les entretenga más, ha sido un... placer conocerla. Con su permiso -sin más se dio media vuelta y abandonó el salón.
-jaejoong -la llamó yunho tratando de ir tras el, pero la mano de kristal lo detuvo.
-Déjalo, no le hará mal tener algo en lo que pensar -dijo divertida, dejando que su risa volviera a llenar la estancia.
-Eres imposible Kris -apostillo sonriendo a su pesar- ahora me tocará a mí lidiar con su mal genio y todo por tus ganas de jugar a mujer fatal -la regaño.
-Ha sido interesante ver su reacción -comentó entornando la mirada- no me ha parecido que tu esposo se mostrara indiferente, yo apostaría a que estaba un tanto celoso.
-No digas tonterías -¿podría ser cierto lo que su amiga de la infancia decía?
Las dos horas que estuvieron reunidos yunho y kristal, jaejoong no paró de pensar en ellos. Fingiendo indiferencia se dedicó a escribir una extensa carta a su primo Junsu que actualmente residía en japon y que no había podido acudir a la boda aquejado por sus hijos. Aunque se llevaba muy bien con su primo sus dudas, recelos y pensamientos más íntimos se los quedó para sí. Primero tenía que averiguar si la señora de Park era solo lo que decía o si aspiraba a algo más con yunho.
Incapaz de estar más tiempo sentado se dedicó a pasear por su habitación, tomando nota mental de las cosas que quería cambiar, en un acto de infantil venganza pensó en gastar cuanto quisiera para remodelar todo aquello que no le gustara. Examinando el mirador que daba a los jardines de la parte de atrás estaba cuando apareció siwon, con cara de sorpresa por encontrarlo allí, para anunciarle que la cena estaba lista.
-¿Ha avisado a mi esposo, siwon? – preguntó jaejoong, aunque estuviera molesto con su esposo siempre había sido y sería amable con los sirvientes.
- Acabo de hacerlo señor. El señor me ha informado que la señora Park se quedará a cenar con ustedes – Tras una inclinación de cabeza siwon desapareció
Tras respirar hondo un par de veces, jaejoong se preparó para hacer el perfecto anfitrión. Con la espalda recta y paso ágil se dirigió al comedor, al entrar solo un ligero parpadeo demostró la furia que estaba en su interior al ver a kristal sujetando la mano de yunho mientras intercambiaban confidencias.
- Espero que en estas dos horas hayan podido resolver todos sus asuntos señora park – comentó jaejoong en un tono demasiado meloso. Yunho al oírlo no pudo evitar fruncir el ceño y reprobar la actitud de su esposo.
- Oh, sí, ya hemos terminado. Le confieso que no sabría que hacer sin yunho, es un hombre maravilloso, pero eso usted ya lo sabe, claro – Comentó kristal mientras un estupefacto yunho la ayudaba a sentarse.
-Sí, por supuesto, un hombre maravilloso – susurro jaejoong mientras se sentaba con la ayuda de siwon. – y dígame ¿hace mucho que se conocen?
- Sí, hace mucho tiempo ¿verdad querido? – kristal dejó caer ese término cariñoso para ver la reacción de jaejoong . Su humor iba mejorando conforme más observaba al joven. Yunho habían intentado hablar con ella del asunto, que le explicara por qué creía que estaba celoso, pero kristal de verdad quería ayudar a yunho por eso decidió molestar un poco más a jaejoong- Creo que puedo asegurar que soy la persona que mejor le conozco.
- Vaya, y yo que creía que la persona que mejor lo conocía era Yoo – comentó de forma sarcástica jaejoong. Esa mujer le gustaba cada vez menos, las miradas que esa mujer le estaba dedicando a yunho estaban poniendo a prueba su paciencia.
- yoo solo se conoce bien así mismo – soltó sin pensar kristal. Al ver la estupefacción en el rostro de jaejoong y la turbación en el de yunho decidió dirigir la conversación hacía un terreno más seguro, o eso creía ella. – Ahora que recuerdo, usted era ese joven que iba siempre pegada a él, a el que le gustaba trepar a los árboles, pescar y todas esas cosas.
- Pues sí, era yo. Y no creo que importe lo bien que me lo pasé jugando como los niños porque al final yo – dijo señalándose a sí mismo – me he casado con el JUNG YUNHO.
-cenemos por favor - y sin mirar a ningunos de los dos empezó a comer yunho estaba mas que molesto era un hombre serio y odia estas discusiones.
Después de despedir a kristal y encargar a uno de sus empelados que la acompañara para cerciorase llegase bien a casa, se dirigió al salón donde lo esperaba su esposo. Comprobaría por sí mismo si lo que de verdad sentía eran celos, su pecho saltaba ante esa posibilidad. Cuando se casó con el asumió que debería tener paciencia y luchar para hacerse querer, pero si ya sentía celos querría decir que jaejoong no estaba de verdad enamorado de su hermano. Al entrar se la encontró sentada en un sillón cercano a la chimenea. Paseando una mirada hambrienta por su cuerpo cerró la puerta y se dirigió hacia el, pero a unos pocos pasos se detuvo al ver sus ojos velados por un brillo de enojo, furia contenida y algo más que no podía ni quería vislumbrar.
La tensión era tan palpable en el ambiente que se podía tocar con los dedos. Tan solo el débil sonido de un alto reloj de torre rompía el silencio.
jaejoong no apartó sus ojos de él en ningún momento, enfrentándolo silenciosamente con la barbilla levantada. Esperando una de su regañinas. ¿Con que la iba amenazar esta vez? ¿Con decírselo a su padre?
No lo había hecho antes y tampoco creía que lo fuera hacer ahora. Pero el no se había portado de manera incorrecta en ningún momento. El podría decir lo que quisiera.
Sin embargo se había quedado frente a el observándolo con atención. Su rostro era tan indescifrable que no pudo adivinar cuan enfadado podía estar. El sin duda lo estaba más.
-¿vamos a recibir muchas visitas de este tipo? – le preguntó con voz fría. - ¿acaso todas tus amantes vendrán a casa a saludarme?
-¿Cómo? – preguntó yunho arqueando las cejas.
-Me has escuchado perfectamente – se incorporó cuando las piernas comenzaron a temblarle y con disimulo se estiro y bajando por primera vez la vista.
-¿Crees que era mi amante? ¿Piensas que sería capaz de hacer una cosa así? – su voz era tan cortante como el hielo.
jaejoong tragó con dificultad y asintió.
-¡Por Dios! – exclamó yunho levantando la vista al techo como si esperara un milagro divino.
-Pero solo quería decirte que no me molesta – le dijo. El corazón saltaba en su pecho a una velocidad de infarto – puedes tener todas las amantes que te de la real gana, pero fuera de mi casa. Ahora te guste o no, yo soy el dueño. Creo que lo que te pido no es nada descabellado.
yunho apretó los dientes con tanta fuerza que pensó que podrían partirse en cualquier momento. ¿Había escuchado bien? ¿Le estaba dando permiso para…?
-kristal es una buena amiga lo creas o no. En este momento me da igual lo que pienses. – debía sentirse halagado sabiendo que los celos corroían la mente de su esposo, sin embargo se sentía herido, dolido por aquellas palabras. – Me alegro que seas tan compresivo y tan abierto en cuanto a tener otra relación.
-¡Por supuesto! Con un poco de suerte te enamoras de ella y por fin yoo y yo…
yunho lo cogió con fuerza de los brazos mirándolo con el rostro furioso. Sus ojos brillaron con una dureza aplastante.
-¡Nunca! ¿Me oyes? Te prohíbo que nombres a mi hermano delante de mí – lo zarandeó sin mucha energía y lo tomó el mentón con una mano
–No-vuelvas-a-nombrarlo.
En cuanto lo soltó jaejoong se escabulló pasando juntó a él con rapidez. Estaba asustado.
Nunca había visto al hombre tan furioso. No pudo evitar que sus ojos se llenaran en lágrimas sin embargo no dejó que ninguna de ellas se escapara de sus ojos. Se acarició el mentón donde él la había agarrado.
-¿Te he hecho daño, jaejoong? – la dijo arrepentido dando un paso hacia el.
-¡No te me acerques! – gritó. No, no le había hecho daño pero si él sufría pensando lo contrario que lo hiciera. – No vuelvas a tocarme nunca más.
El sollozó que dejo escapar en el corredor no fue fingido.
yunho se sentó en el mueble dejándose caer. ¡Cuando las cosas parecían ir bien entre ellos siempre ocurría algo!
No culpaba a krsital, claro que no. Ella era así, e incluso había pensado que de esa forma lo ayudaría en algún sentido. ¡Pues bien! Ahora sabía que jaejoong era celoso. ¿Qué iba a ganar con ello?
Y Yoo … que podía pensar de Yoo. ¿Acaso había luchado por el en algún momento? Dudaba incluso que estuvieran enamorados alguna vez.
Si tan solo pudiera lograr que el abriera los ojos a la realidad. Que se diera cuenta de cuánto lo amaba. De cómo se le encendía la sangre cada vez que lo veía sonreír. Pareciera que nada de lo que hiciera estaba nunca bien. No sabía cómo actuar frente a el.
Jaejoong salió de la estancia sollozando e incapaz de continuar reprimiendo el llanto. Las lágrimas rodaban por sus mejillas, no tenía muy claro por qué estaba llorando de aquella manera. Habían sido demasiadas emociones para su primer día de matrimonio y las sensaciones que comenzaban a nacer en el cada vez que se encontraba con yunho eran intensas y contradictorias.
Quería creer sus propias palabras, cuando le había asegurado que no le importaría que tuviera todas las amantes que deseara, pero en su fuero interno sabía que no lo aceptaría. No soportaba la idea de imaginar a yunho en brazos de otra mujer, pensó sorprendiéndose a sí mismo.
Sintió ganas de gritar de frustración y con el dorso de la mano se limpió, con rabia, la humedad del rostro.
Entró en el dormitorio y cerró con un sonoro portazo.
Consiguió desprenderse del traje con furia que se rompio , aunque tendría que mandarlo a reparar, lo había desgarrado .
Cuando se metió en la cama estaba un poco más relajado, pero su cabeza continuaba dándole vueltas a mil y una preguntas sobre sus sentimientos, sobre los de yunho, sobre su futuro...
Poco a poco sus ojos se fueron cerrando, el agotamiento, tanto físico como emocional, consiguió dormirlo antes de lo que el mismo hubiera sospechado.
yunho se frotó el rostro con las manos, que después se pasó por el cabello. Expulsó el aire y contempló las titilantes llamas de las velas que iluminaban la sala, seguro Siwon las puso para que el y su esposo tuvieran algo romántico.
Siempre había imaginado que su vida junto a jaejoong no sería fácil, pero los acontecimientos del día habían superado con creces sus expectativas. Y para terminar de rematar la jornada, con su estallido de furia había provocado el llanto de jaejoong.
Había pensado salir tras el, pero desistió al pensar en que jaejoong lo rechazaría. Quizás lo que kristal había creído que eran celos no era más que una de las demostraciones de mal humor de su esposo y la pasión con la que había respondido a sus caricias y sus besos eran fingidos.
Descargó el puño con fuerza sobre el sillón, la frustración y el deseo de volver a tener a su esposo entre sus brazos lo estaban volviendo loco, y las dudas que comenzaban a atormentarlo no ayudaban demasiado a mejorar su estado de ánimo.
¿Quizás después de todo jaejoong y Yoo sí estaban enamorados y él había sido injusto al separarlos?
Pero ya estaba hecho, el era suyo y así seguiría siendo, le gustara o no.
Era ya muy tarde cuando decidió retirarse.
Al entrar en el dormitorio contempló el cuerpo dormido de jaejoong y el deseo lo asaltó nuevamente de manera salvaje. Ese hombre tenía algo que hacía aflorar sus instintos más básicos y primarios. Apretó los puños durante unos instantes, tratando de dominar la lujuria que se había apoderado de él.
Pero al meterse bajo las sábanas y sentir la tibieza del cuerpo dormido de jaejoong las ganas de el volvieron con más fuerza.
Suspiró, le dio la espalda y trató de ignorarlo.
yunho era muy consciente del cuerpo cálido de su esposo tan próximo al suyo, que estaba tirante como una cuerda. En un esfuerzo supremo para no pensar más en el cerró los ojos con fuerza para llamar al sueño que le era imposible. Sin darse cuenta empezó a relajarse un poco al escuchar la respiración acompasada de jaejoong y allí en su cama matrimonial se dio cuenta que no podría dejar a jaejoong, lo amaba tanto y durante demasiado tiempo que su marcha sería su ruina. Se giró despacio y mirando al techo de su cama sintió aún más cerca la presencia de su esposo.
Se había quedado medio dormido cuando un ligero movimiento le despertó, se acababa de dar cuenta que jaejoong gemía en sueños, observándolo, con cuidado de no despertarlo se acercó un poco más a él. Jaejoong, en medio de un placentero sueño, se giró de repente, gimió un nombre
Yunho – y apoyó su blanco brazo sobre el pecho de su esposo. El suspiro de placer que exhaló a continuación llegó a lo más profundo del corazón de yunho. Si en sueños podía decir su nombre y suspirar así no podría estar realmente muy enfadado con él. La tensión y el malestar acumulado en las últimas horas se disiparon como la niebla con la llegada del amanecer.
Lentamente entrelazó sus dedos con los de jaejoong, sin siquiera pensarlo su pulgar empezó a acariciar suavemente con movimientos circulares el dorso de la mano de jaejoong. Seguía pensando en todo lo acontecido ese día cuando su esposo se acercó aun más a él y apoyó delicadamente la cabeza en su hombro. La pasión de yunho se desbocó, apretando los dientes para no sucumbir a el. En cuanto giró la cabeza para mirar a jaejoong supo que había cometido un error. La respiración que sentía en su cuello, junto con las mejillas enrojecidas de jaejoong y una pequeña sonrisa que exhibía en sus labios fue demasiado para su fiera determinación de ir despacio y dejarlo descansar. Sin apenas respirar para no despertarlo se giró y se quedó frente a el, el brazo de su esposo se había bajado un poco y descansaba en su cintura. Dos cuerpos, uno totalmente relajado, el otro tenso por la anticipación de un beso robado. Con toda la ternura que sentía en esos momentos besó su frente, sus párpados cerrados, bajó hasta la punta de su pequeña nariz, sus mejillas y a la vez que a jaejoong se le escapaba un suspiro de placer besó las comisuras de su boca.
Cuando se retiró ligeramente para observarlo de nuevo vio que el abría lentamente los ojos, aun soñolientos pero turbados por la pasión que había empezado a controlar su cuerpo. Para satisfacción de yunho no se alejó ni quitó su brazo de la cintura de su esposo. yunho intuía que no tendría otra oportunidad tan buena para disculparse con el por cómo la había tratado en el salón. Subió su mano hasta la mejilla de jaejoong y susurró las palabras que lo habían estado carcomiendo desde que lo vio salir corriendo con lágrimas en sus hermosos ojos.
- Por favor perdóname por cómo te traté en el salón. No debería haberte agarrado tan fuerte – un suspiro cansado se escapó de sus labios, mientras que jaejoong, ya despierto por completo, le escuchaba atentamente. – Además no debería haber dicho eso sobre Yoo, sé que erán – tragó saliva con fuerza – que son muy buenos amigos.
jaejoong dejó de respirar mientras escuchaba a yunho, podía ver sus ojos llenos de culpa. La humildad de su disculpa le dio fuerzas para sincerarse con él. yunho había sido sincero, podía verlo en su semblante, a el le correspondía lo mismo, se lo debían el uno al otro. Allí, en la misma cama, susurrando como si alguien pudiera oírlos, jaejoong se sintió más cerca de yunho, de poder confiar en él como amigo de lo que siempre se había sentido de Yoo.
- Yo también lamento lo que dije, la verdad es que no lo pensaba, no sé por qué lo dije – susurró. Mordiéndose el labio inferior decidió confiar los pensamientos que le habían estado dando vueltas casi toda la noche. Aclarándose la garganta continuó con voz quebrada – y sobre lo que dije que no me importaba si tenías amantes, te mentí, no quiero saberlo si las tienes o no.
jaejoong cerró fuertemente los ojos, sintiendo un dolor en el corazón que no había sentido nunca antes. Un rato después notó cómo las manos de yunho lo jalaban, pero no con fuerza, sino con suavidad y ternura. Lentamente abrió los ojos para descubrir una tenue sonrisa en los labios de su esposo. Lo que dijo a continuación provocó que el corazón de jaejoong se desbocara.
- Escúchame jaejoong, nunca oirás que tengo una amante porque nunca tendré ninguna. He luchado demasiado para conseguirte y no voy a perderte ahora por algo que no va a suceder mientras sigas a mi lado.
Sin apartar su oscura mirada se fue acercando lentamente hacia el hasta que sus labios se rozaron en una ligera caricia. Pero la pasión tanto tiempo retenida ganó la batalla y el beso pronto se convirtió en la representación de la pasión que los embargaba.
hace un buen habia leido hasta el cap 2 de tu fic en FB pero te perdi la pista pero ahora que se que este es tu blog.... seguire este fic es muy bueno *-* gracias por compartirlo
ResponderBorrarque hermoso jae celoso de yunho y no lo quiere admitir eso quiere decir que si lo amara y muy pronto claro si no lo ama ya y yunho muy feliz espero y les dure mucho la felicidad que tienen y nadie venga a arruinarla
ResponderBorrarGRACIAS por el capitulo sigo leyendo bye
Oooooh Jae tambien esta muy enamorado de Yunho pero el lo niega aun asi Yunho se lo a aclarado que por parte de el esta enamorado a cien por cien no hay duda
ResponderBorrar<3 <3 <3
jae tambien lo ama y no se da cuenta.
ResponderBorrarese amor tan oculto que siente lo desborda de celos
ya apareció la mal tercio. presiento que hará imposible la vida de jae
yunho es tan dulce y ama tanto a su esposo que me da envidia de la buena ver el amor que le tiene.
gracias por este capítulo
Me encantoo este cap ver a jae celosooo ×^×… que bueno que se sincere con yunho
ResponderBorrarJaejoong ya cayoo *0* ya se enamoró ahora solo falta que lo acepte xd
ResponderBorrarHay Jaejoong tus celos significan que de verdad sientes algo por Yunho solo te falta descubrirlos y aceptaroos solo un empujocito y ya caes a sus brazos jejeje tan celoso es Jaejoong
ResponderBorrarEstán enamorados y cualquier desavenencia hace que estallen los celos, pero poco a poco se acostumbrarán el uno al otro, per Yunho que no provoque esos celos, que amigas ni que nada, si son negocios se traten como lo que son y no que ellas insinúen cosas ante Jae...
ResponderBorrarGracias