CAPITULO 5 : Enemigos
Cuando por fin consiguió controlar el llanto, contempló el desastre que había creado con su arranque de cólera. Todo estaba regado de trocitos de espejo y sangre. Se encaminó hacia el lavadero, y con cuidado, limpió las heridas, retirando las esquirlas que se habían quedado incrustadas en su piel.
Se envolvió las zonas lesionadas con unos pañuelos y tiró de la campañilla para que alguien del servicio terminara de arreglar aquel desaguisado.
-¡Dios bendito, señor! ¿Se encuentra bien? -preguntó la joven doncella que miraba sorprendida el desastre.
-Sí, no ha sido nada, un pequeño accidente -aclaró sin emoción en la voz- Ten cuidado al recoger no vayas a cortarte.
-Pero sus manos...
-Son pequeños cortes, en un momento dejarán de sangrar, no te inquietes.
Media hora más tarde estaba listo para bajar a desayunar.
Al entrar en el salón una sonrisa cargada de cariño se instaló en sus labios.
-Buenos días, yoo. Veo que esta mañana te has sentido con fuerzas suficientes para levantarte y compartir el desayuno conmigo.
-Buenos días Jaejoong. No te creas, el condenado brazo, aún me duele como un demonio -se quejó con voz lastimera.
-Pobre -dijo acercándose a él y depositando un beso en la frente- De todas formas tienes mucho mejor aspecto.
Tomó asiento ante él a la vez que aceptaba la taza de chocolate que le tendía el criado.
-Sí, pero creo que el doctor no debería haberme retirado tan pronto la medicación -dijo enfurruñado.
-Yoo, sabes tan bien como yo que el opio es tremendamente adictivo, tomarlo más tiempo podría causarte serios problemas.
-¿Te parece que tengo pocos problemas ya?
-No seas exagerado -dijo tomando uno de los bizcochos que tenía ante el- Estas en casa, de dónde nunca debiste irte. Yo estoy feliz por tenerte aquí y las cosas entre Yunho y tú no tardarán en volver a ser como antes, ya lo verás.
Lo que no tenía tan claro era si las cosas entre el y yunho volverían a ser como los días anteriores a la llegada de Yoo.
Pensar en Yunho le llevó a recordar que en esos momentos se encontraba con Kristal. La sangre volvió a hervir dentro de sus venas.
-Está bien -pensó irritado- si él tiene compañía, yo también la tengo.
-¿Qué te parece si me acompañas a dar un paseo en la calesa? Hace un día estupendo. -dijo mucho más animado jaejoong.
-No se...
-Anda, dame ese gusto -lo miró con los ojos entornados- Podríamos pasar a visitar a mi madre y después hacer algunas compras, seguro que encontramos algo en lo que gastar el dinero del marqués -añadió con una risilla traviesa.
Sus palabras fueron como un bálsamo para Yoo, que al instante se olvidó de su dolorida extremidad y se unió al entusiasmo del que ahora era su cuñado
Si algo había en la vida que gustara más a Yoo que no trabajar, era gastarse el dinero ajeno en fruslerías y caprichos.
-Me has convencido -añadió con una de sus encantadoras sonrisas- Por cierto ¿qué te ha sucedido en las manos?
-Un leve incidente con el espejo -respondió agitando una de ellas para restarle importancia.
En esos momentos se sentía feliz y no quería recordar el incidente de aquella mañana. Ver sonreír nuevamente a Yoo era maravilloso, le hacía recordar porque siempre lo había preferido a él en lugar de al estirado y severo Jung Yunho.
Cada vez que Yunho acudía a su mente un pinchazo de amargo resentimiento lo atravesaba, pero no permitiría que le estropeara el día, así que desechó su imagen de su cabeza igual que la taza de chocolate que acababa de alejar de sí.
-Dame unos minutos y nos ponemos en camino -dijo poniéndose en pie con renovado energía.
Yoo se limitó a asentir mientras se terminaba el desayuno.
A yoo siempre le había gustado acercarse al pueblo, ya fuera a lomos de su caballo o en la calesa con su madre, le animaba ver los árboles a un lado con los pájaros que anidaban en ellos y al otro observar cómo cambiaban los cultivos mimados por sus labriegos. Mientras recorría el polvoriento camino junto a Yoo recordó un paseo similar de hace algunos años en el que yoo cogió la calesa que le acaban de regalar a Yunho.
Con un ligero
rubor Jaejoong recordó que a causa de la
lucha amistosa que ambos tuvieron para ver quién se hacía con las riendas del
vehículo sin saber cómo, se rompió parte de una rueda. Para mayor humillación
del joven, el único que pudo ir a
ayudarlos fue el propio Yunho, con el se
mostró muy educado, preguntándole si se encontraba bien, si necesitaba
sentarse, y lo primero que hizo tras arreglar la rueda con ayuda de Yoo fue
llevarlo a su casa. Dos días después supo por boca del propio Yoo que habían
tenido una de los peores enfrentamientos de los últimos años. Yunho lo había llamado inconsciente y malcriado
e jaejoong había sentido la misma furia que experimentaba
yoo. Ahora, años más tarde y pensando lo que podría haber pasado entendía el
enfado de yunho.
Los pensamientos de jaejoong eran unos traidores, cuando más empeñado estaba en enfadarse con Yunho irrumpían en su mente recuerdos que le hacían ver lo equivocado que estaba sobre su carácter. Solo le bastó recordar el alegre saludo y la imagen de Kristal para que la furia volviera a adueñarse de su razón. Menos mal que tenía a yoo para que lo distrajera y le hiciera reír. Azuzando suavemente al caballo aumentaron a un trote más ligero. Unos minutos después llegaban a la calle principal del pueblo. Tras darle las riendas a uno de los hijos del de los criados se dirigieron a su tienda. Al entrar una multitud de reflejos y suaves brillos inundaron sus ojos.
- Estás muy callado yoo – comentó jaejoong mientras admiraba los espejos que había a un lado de la tienda.
Los pensamientos de jaejoong eran unos traidores, cuando más empeñado estaba en enfadarse con Yunho irrumpían en su mente recuerdos que le hacían ver lo equivocado que estaba sobre su carácter. Solo le bastó recordar el alegre saludo y la imagen de Kristal para que la furia volviera a adueñarse de su razón. Menos mal que tenía a yoo para que lo distrajera y le hiciera reír. Azuzando suavemente al caballo aumentaron a un trote más ligero. Unos minutos después llegaban a la calle principal del pueblo. Tras darle las riendas a uno de los hijos del de los criados se dirigieron a su tienda. Al entrar una multitud de reflejos y suaves brillos inundaron sus ojos.
- Estás muy callado yoo – comentó jaejoong mientras admiraba los espejos que había a un lado de la tienda.
- Solo estaba pensando en cuánto tiempo podré descansar en casa hasta que yunho vuelva a pedirme que me vaya – explicó mientras exhalaba un triste suspiro.
- Aun estás convaleciente y yo no dejaré que te marches, necesitas cuidados – le dijo jaejoong mientras le cogía la mano con cariño. – Además en casa no molestas y así me haces compañía
- Gracias jaejoong, no sé qué haría sin ti, si tan solo nosotros… - se interrumpió cuando vio cómo jaejoong abría desmesuradamente los ojos, aún no era el momento. Su cuñado necesitaba dudar un poco más de Yunho. – Bueno, ¿y qué piensas comprar?
jaejoong aceptó su cambio de tema y le comentó que necesitaba un espejo para sustituir el que se le había roto esa misma mañana. Tras pasear por la tienda jaejoong además compró un precioso candelabro con pequeños cristales que iba a regalar a su madre y una bandeja de plata para su casa y la jarra . Por su parte yoo compró un completo juego de licorera del más fino cristal para llevárselo a su casa de la ciudad, cuanto más pudiera ir sacando a costa de Yunho menos tendría que comprar después.
Felices con sus compras salieron del establecimiento charlando animadamente mientras uno de los ayudantes colocaba los paquetes en el calesín. Jaejoong casi se había olvidado de Yunho por un rato, casi, porque su imagen le rondaba allá donde fuera. Ahora, con el sol en lo alto dudaba si volver a casa para almorzar o por el contrario acercarse a la posada.
Estaba a punto
de comentárselo a Yoo cuando la sonrisa se le heló en los labios, en la manzana
siguiente iba Yunho y de su brazo colgada la simpática Kristal. Apretando los
puños con fuerza los siguió con la mirada, Yoo intrigado por su cambio de
actitud siguió su mirada y un brillo malicioso inundó su mirada.
De repente jaejoong se giró y le espetó a Yoo - ¿Qué te parece si nos quedamos a comer en la posada?
- Creo que es una de las mejores ideas que he oído en
mucho tiempo jaejoong.
Con una breve reverencia le ofreció su brazo, se dirigieron caminando hacia la posada. Sin que jaejoong se diera cuenta Yoo se acercó a su cuerpo más de lo que las normas de cortesía permitían para dos cuñados. Algunas matronas se les quedaron mirando entre sorprendidas y algo horrorizadas. Jaejoong iba tan furioso con Yunho por estar con Kristal y no con el, con esa mujer que era mucho más bella, más experimentada y más jovial que el y consigo mismo por querer estar en el lugar de Kristal que no se dio cuenta de las miradas de los vecinos. Yoo por su parte había conseguido otra pequeña victoria.
Con una breve reverencia le ofreció su brazo, se dirigieron caminando hacia la posada. Sin que jaejoong se diera cuenta Yoo se acercó a su cuerpo más de lo que las normas de cortesía permitían para dos cuñados. Algunas matronas se les quedaron mirando entre sorprendidas y algo horrorizadas. Jaejoong iba tan furioso con Yunho por estar con Kristal y no con el, con esa mujer que era mucho más bella, más experimentada y más jovial que el y consigo mismo por querer estar en el lugar de Kristal que no se dio cuenta de las miradas de los vecinos. Yoo por su parte había conseguido otra pequeña victoria.
Jaejoong estaba
sentado de espaldas a la puerta cuando escuchó la voz de Kristal tras el. El
comedor de la posada se hallaba bastante repleto por lo que las conversaciones
se elevaban unas encimas de otras en una confusión de voces desarmonizadas.
Yoo había ocupado una mesa algo alejada del centro, no era el mejor sitio pero dado las horas que eran no había mucho donde escoger.
Yoo había ocupado una mesa algo alejada del centro, no era el mejor sitio pero dado las horas que eran no había mucho donde escoger.
-¡Qué casualidad encontrarnos aquí! – Exclamó kristal con una sonrisa fingida - ¿Cómo estas Yoo? ¿Qué tal va el brazo?
El joven se apresuró a ponerse en pie para saludar a la mujer con su brazo bueno.
Jaejoong giró la cabeza levantando la vista ligeramente. Yunho se hallaba muy cerca de el observándolo fijamente, con tanta intensidad que las pupilas parecían atravesar su alma.
-Aún estoy algo débil pero no podía dejar que Jaejoong se acercara sola hasta aquí. ¿Cómo estas Kris?
-Muy bien, como siempre – rió la mujer con voz cantarina – Hola Jaejoong querido. ¿Qué te ha ocurrido en las manos? – preguntó interesada.
-Un pequeño accidente – se apresuró a explicar. Yunho se inclinó sobre el para tomar una de sus muñecas entre sus dedos y observar los pequeños cortes con el ceño fruncido.
– Esta mañana se
me rompió un espejo pero tan solo me ha causado unas heridas de nada. – tiró de
su mano para apartarla de él.
-¿y qué tal los negocios? ¿Ya han acabado?
- muy bien por el momento hemos hecho un pequeño descanso para aprovechar a comer algo – dijo kristal aceptando la silla que Yoo és le ofrecía. –No molestamos ¿verdad?
- muy bien por el momento hemos hecho un pequeño descanso para aprovechar a comer algo – dijo kristal aceptando la silla que Yoo és le ofrecía. –No molestamos ¿verdad?
yunho tomó asiento entre Yoo y su esposo dejando a kristal frente a él y se giró hacia jaejoong.
-Pensé que ibas a ver a tu madre.
-Sí, nos pasaremos un poco más tarde. – asintió evitando su mirada.
-Por cierto – intercaló yoo con la vista fija en jaejoong – Aún no me has dicho si ha mejorado la relación con tu padrastro.
El se tensó súbitamente perdiendo momentáneamente el aliento. Fulminó con la mirada al joven advirtiéndole que aquel momento no era el más indicado para sacar un tema así.
-Va todo bien – respondió fingiendo una sonrisa.
-Ah Don tae – asintió kristall cogiendo el librillo encuadernado con pastas de cuero marrón – he oído decir que es un hombre difícil.
jaejoong deseó que la tierra la tragase y que a yoo se le cayera la araña que colgaba del techo en la cabeza. ¡Seria zoquete!
-¿difícil? – yooo miró a kristal arqueando las cejas sin embargo no dijo nada cuando recibió una patada de su amiga bajo la mesa. – yunho ¿Por qué no pides para todos? Estábamos a punto de hacerlo nosotros.
jaejoong respiró con calma cuando la conversación comenzó a girar por otros terrenos . Cada poco perdía el hilo de la conversación cuando yunho accidentalmente lo rozaba con su brazo. Aún delante de tanta gente sentía su calor y la fuerza que desprendía y aquello lograba alterarlo hasta el punto de dejarlo sin palabras.
Con distracción jaejoong roció su plato con varias escamas de sal y al poco se puso a bufar como un toro encolerizado poniéndose en pie.
-¿Qué ocurre? – preguntó yunho preocupado observando cómo su esposo luchaba contra las lágrimas al tiempo que se frotaba la palma de una mano contra el vestido.
-¡escuceme! – gimió resoplando y apretando los dientes.
yunho lo agarró la muñeca con delicadeza y sacándose un pañuelo de lino blanco del bolsillo de su chaleco lo presionó con suavidad contra un feo corte ensangrentado.
-¡No! – el intentó apartar la mano pero yunho no se lo permitió comenzando a soplar sobre las heridas.
El aliento cálido lo relajó en cierto modo. Yunho lo miraba entre apenado y preocupado, una mezcla que la llenó de una ternura que jamás había sentido. ¡Como deseaba que las cosas volvieran a estar bien entre ellos! ¡Que yunho llegara amarlo! Pero no era así. La educación del marqués le obligaba actuar tal y como estaba haciendo. Seguramente se habría comportado de igual manera con cualquier otra persona y el de nuevo volvió a sentirse como un chiquillo a quien la habían pillado en una nueva travesura.
-¿se te va pasando? – le preguntó posando los labios en la sien del joven.
El asintió moviendo los dedos, emocionado hasta la medula con aquella muestra de afecto.
-Ha debido ser la sal – dijo Kristal tomando una copa de vino. - ¡Pero no creo que sea para tanto! – soltó una carcajada.
-¡Cómo no es a ti a quien le duele! – gruñó jaejoong agitando la cabeza.
karistal se encogió de hombros con una sonrisa perversa:
-Te estás comportando como un chiquillo.
jaejoongs contó hasta cinco porque su impaciencia no la dejó más.
Fue
una suerte que yunho viera sus intenciones y lo apartara la jarra
de agua antes que jaejoong abochornara a todos lanzándosela a la mujer.
- kristao, no la provoques más – murmuró yunho regalándola una mirada de advertencia.
-¡no hace falta que me defiendas! – jaejoong se volvió a sentar. Había perdido el apetito y tan solo deseaba salir de allí. Apartó su plato hacia un lado.
yunho sonrió y se inclinó sobre su oreja.
-¿necesitas que te dé de comer?
El se giró a mirarle con una extraña expresión en su rostro.
-deja de tratarme como a un niño, te lo suplico.
yunho no pudo evitar acariciarle la mejilla con dulzura.
- Solo estaba bromeando.
-pues no lo hagas. No eres tu.
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jaejoong se había sumido en un tenso silencio mientras los otros tres comensales acaban la comida. No es que se negara a comer por una rabieta, es que no podía, tenía el estómago cerrado por la furia, la impotencia y la humillación de creerse inferior a la mujer sofisticada que compartía su mesa. Jaejoong aun no era consciente que el frío puño de los celos había oprimido su corazón. La comida llegó a su fin, jaejoong había intentado prestar atención un par de veces para descubrir que no paraban de hablar de los negocios en común que tenían su esposo y esa mujer. Yoo también parecía aburrido, pensó jaejoong, como si los despreciara a ambos por dedicarse a algo más que gestionar sus tierras.
jaejoong se había sumido en un tenso silencio mientras los otros tres comensales acaban la comida. No es que se negara a comer por una rabieta, es que no podía, tenía el estómago cerrado por la furia, la impotencia y la humillación de creerse inferior a la mujer sofisticada que compartía su mesa. Jaejoong aun no era consciente que el frío puño de los celos había oprimido su corazón. La comida llegó a su fin, jaejoong había intentado prestar atención un par de veces para descubrir que no paraban de hablar de los negocios en común que tenían su esposo y esa mujer. Yoo también parecía aburrido, pensó jaejoong, como si los despreciara a ambos por dedicarse a algo más que gestionar sus tierras.
En
cuanto se levantaron yunho posó la mano de jaejoong en su brazo, apoyando suavemente su mano sobre
la de su esposo, fue un gesto que habría atesorado una semana atrás, pero ahora
hasta ese simple gesto la hacía dudar.
En la entrada de la posada yunho se iba a inclinar hacia jaejoong pero al notar la tensión en su cuerpo alzó su mano herida le dio un tierno beso y le susurró – No alargues demasiado la visita a tu madre, pareces cansada y tus manos necesitan reposo – sin más le hizo una ligera reverencia con la cabeza y se marchó calle abajo junto a kristal.
El breve trayecto que les llevó a la antigua casa de jaejoong fue animado por una alegre historieta de jaejoong, historia que jaejoong no escuchó y a la que contestaba con monosílabos. Ahora que se acercaba era consciente de lo mucho que había echado de menos a su madre.
su madre estaba en una salita pequeña que usaba para bordar cuando anunciaron a su hijo acompañado de Yoo. Nada más verlo supo que a su hijo le pasaba algo, decidida a averiguarlo se dirigió a yoo.
- Yoo, que alegría verte, espero que tu brazo esté mejor, por lo que veo ya solo llevas un ligero cabestrillo.
- gracias por su preocupación. Ya estoy mucho mejor y todo gracias a los atentos cuidados de jaejoong. Aunque la verdad es que aún tengo bastantes molestias y no sé cuándo podré volver a usar el brazo – confesó yoo, con lo que creía era una mirada triste.
- Ya – fue la escueta respuesta de la madre de jaejoong . Sin dejarle sentarse siquiera le habló de nuevo – yoo, creo recordar que te encantaban los caballos de carreras. Mi esposo acaba de adquirir un gran ejemplar, es hijo y nieto de campeones y si quieres verlo está en los establos.
- Pues sí que me gustan los caballos, pero me parecería terriblemente irrespetuoso por mi parte acercarme a observar a ese ejemplar inmejorable sin antes pasar un rato con tan amable anfitriona – la adulación de yoo hacía tiempo que no tenía efecto en doña kim y esta vez no era menos. Ella estaba decidida a quedarse a solas con su hijo en esos momentos.
- Por mí no os preocupéis, nos conocemos lo suficiente para no ofendernos. Además no creo que tengáis muchas posibilidades de verlo ya que creo mi esposo quiere trasladarlo junto con otros caballos para su entrenamiento.
- En ese caso, será un honor visitar a semejante maravilla - con una profunda reverencia por fin se retiró de la sala.
En cuanto se hubieron quedado solas, sra. Kim se sentó en un sofá e hizo que jaejoong se sentara a su lado. Nada más ver sus manos se confirmó la sospecha que había surgido en su mente en cuanto vio entrar a su hijo.
- jaejoong , querido ¿qué te ocurre?, ¿ha pasado algo entre yunho y tú? – preguntó suavemente, nadie mejor que ella sabía lo difícil que podía volverse un matrimonio.
- No lo sé, madre, la verdad es que no lo sé. Creía que todo iba bien y de repente su actitud cambió y empezó a tratarme con frialdad – el recuerdo de esos momentos hicieron que la furia tanto tiempo retenida a lo largo del día saliera a la luz.
- ¿No te habrá tratado con crueldad? – preguntó angustiada, eso sí que no lo podría soportar. En cuanto vio el gesto negativo de jaejoong suspiró algo más tranquila. Tras meditarlo unos minutos decidió exponer a su hijo la idea que había pensado cuando vio a jaejoong entrar con yoo. – No has pensado que a lo mejor la llegada de yoo habrá tenido algo que ver.
- yoo lo único que ha hecho es hacerme compañía y escucharme – se exaltó jaejoong , enfadado con todos por intentar achacar a yoo todos sus problemas con yunho.
- jaejoong , yoo no es el joven que tú crees y ya va siendo hora que empieces a verlo desde un punto de vista más imparcial. No te lo diría si no pensara que la estabilidad y posible felicidad de tu matrimonio depende de ello. – la sra. Kim había visto a jaejoong y yunho juntos, su orgullo de madre había llegado a su cénit al pensar que su hijo sí tendría un matrimonio lleno de ternura y comprensión.
Sorprendido por las palabras categóricas de su madre, mas creyendo que yoo había sido como un hijo para ella, ahora se daba cuenta que no todo era lo que parecía. Su madre siempre había sido sincera con ella, al menos le debía pensar en sus palabras. Así se lo iba a confesar cuando Yoo volvió alegando que el joven potro ya había sido trasladado. La conversación que siguió entre los tres no pasó del tiempo, de la época de la cosecha y de la última moda de la capital.
De regreso a la casa Yoo comenzó a hacer comentarios ocurrentes y sarcásticos sobre las personas con las que se cruzaban o los lugares que veían, pero jaejoong apenas esbozaba una sonrisa distraída que no lograba engañarlo. Finalmente, tras casi una hora de auténtico monólogo, el joven se quedó silencioso. Parecía evidente que jaejoong no le prestaba apenas atención y un desagradable sentimiento de rencor y envidia comenzó a apoderarse de él.
Desde que había nacido, la sombra de yunho había estado siempre cerniéndose sobre él; yunho era responsable, yunho era valiente, yunho era honesto….había crecido escuchando a su padre alabar las prolíficas cualidades de su hermano mayor y poniéndoselo de ejemplo continuamente. Pero lo peor no había sido esta horrible comparación, no, lo peor era la actitud condescendiente de yunho hacia él.
Siempre
intercedía ante su padre para rebajar sus castigos, le ofrecía continuos
consejos que nadie le pedía, le hacía sentir indigno de ser su hermano por
provocar en él esos sentimientos encontrados de admiración y celos.
Pero había algo que yoo había poseído y que sabía que yunho anhelaba y era el afecto profundo de jaejoong. Ahora parecía que yunho le estaba ganando la mano en ese aspecto también y al pensarlo yoo apretó los labios con fuerza, ocultando su atractivo rostro con una mueca de rencor. Bien, no todo estaba perdido, decidió, se aplicaría a recuperar el terreno que había cedido al marcharse y entonces demostraría a yunho que no era el alfeñique que todos habían supuesto siempre.
Por su parte, jaejoong iba pensando en las palabras de su madre. Aún se hallaba sorprendido por el hecho innegable de que, aunque de manera velada, su madre le había lanzado una advertencia sobre yoo.
Pero había algo que yoo había poseído y que sabía que yunho anhelaba y era el afecto profundo de jaejoong. Ahora parecía que yunho le estaba ganando la mano en ese aspecto también y al pensarlo yoo apretó los labios con fuerza, ocultando su atractivo rostro con una mueca de rencor. Bien, no todo estaba perdido, decidió, se aplicaría a recuperar el terreno que había cedido al marcharse y entonces demostraría a yunho que no era el alfeñique que todos habían supuesto siempre.
Por su parte, jaejoong iba pensando en las palabras de su madre. Aún se hallaba sorprendido por el hecho innegable de que, aunque de manera velada, su madre le había lanzado una advertencia sobre yoo.
No
podía decirse que su madre fuese una
mujer malintencionada ni criticona, así que si le había dicho eso es porque
tendría algún motivo, pero jaejoong no alcanzaba a imaginar cuál sería. Por otro
lado, la visión de yunho y kristal riéndose y bromeando juntos no se apartaba de
su mente, llenándolo de amargura y celos.
Jamás habría creído que yunho podía llegar a
importarle tanto, pero era absurdo negárselo a sí mismo y lo cierto es que
nunca se había sentido tan feliz como las semanas pasadas en que vivieron con
tanta dicha.
Una vez en la enorme propiedad de los Jung , jaejoong se excusó con Yoo alegando un fuerte dolor de cabeza y se retiró a su dormitorio. Su ánimo continuaba decaído y no le apetecía aguantar la charla ociosa de su cuñado. Cuando por fin se encontró a solas se aseó, se puso el camisón y comenzó a cepillar su pelo distraído, hasta que el sonido de la puerta al abrirse hizo que diera un ligero respingo.
- ¡yunho! – su pulso se alborotó al ver frente a el la gallarda figura de su esposo.
- Por supuesto querido ¿quién si no entraría en este dormitorio sin llamar? – aunque su voz sonó burlona sus ojos lo taladraron esperando una respuesta.
- Nadie, por supuesto, es solo que me has asustado….
yunho sonrió quedamente mientras contemplaba a su esposo cepillarse el brillante cabello y pensaba que era el hombre más hermoso que había visto en su vida. Llevaba mucho tiempo sin tenerlo entre sus brazos, desde que su hermano había vuelto a aparecer, y ya no aguantaba ni un minuto más. Jaejoong era su esposo y él tenía todo el derecho del mundo a reclamarlo. Pero cuando se acercó a el y lo tomó de los hombros para obligarlo a que se levantara, toda su arrogancia se trocó en intensa adoración.
- jaejoong, eres tan hermoso….
- ¿Sí? ¿Tanto como tu amiga kristal? – y el nombre sonó colerico en sus labios.
yunho frunció el ceño y lo sacudió ligeramente.
- ¿A qué viene eso? – su voz se había endurecido.
Y entonces el experimentó un fuerte deseo de llorar porque volvió a sentirse como el chiquillo que kristal parecía creer que era. En lugar de eso levantó la barbilla y espetó:
- No sé, parece que disfrutas mucho de su compañía.
- Ya te lo he dicho, kristal es una buena amiga, tenemos negocios en común pero nada más.
jaejoong deseó creerlo con todas sus fuerzas pero no podía evitar sentirse insignificante y poca cosa en comparación con la otra mujer, mucho más mundana y ocurrente. Intentando ocultar la desazón que sentía trató de desasirse de las manos de yunho pero éste se lo impidió.
-jaejoong, eres mi esposo y estoy cansado de andar detrás de ti como un chucho hambriento esperando a que te dignes a concederme tus favores. – Y bajando la cabeza lo besó con toda la pasión que su corazón albergaba hacia el.
Tan solo le llevó unos segundos reaccionar, y ante la sorpresa de yunho, jaejoong le rodeó el cuello con los brazos y se acercó a él, notando el calor de su cuerpo a través del fino camisón.
Las manos de yunho descendieron, atrapando las nalgas de su esposo y pegándolo con urgencia a sus caderas.
Mientras sus lenguas se buscaban dentro de las bocas, un jadeo escapó de la de jaejoong. No había sido consciente de lo mucho que había añorado los besos y las caricias de su esposo y ahora que lo tenía entre sus brazos y en su boca, ansiaba tenerlo mucho más dentro de el, necesitaba entregarse y que él se entregara a su vez. Quería olvidar todo y a todos, tan solo ellos dos y el deseo que los envolvía.
Con una caricia audaz, introdujo una de sus manos bajo la camisa, el gruñido de yunho lo hizo dudar y se detuvo, la mano reposaba sobre la estrecha cintura a la espera de una señal.
yunho abandonó sus labios para saborear su cuello, mientras que sus manos recorrían insaciables la espalda, las caderas y las nalgas.
-¿Por qué te has detenido? –preguntó casi sin resuello, mientras su lengua se paseaba sobre el lóbulo de la oreja de jaejoong.
Un escalofrío de placer la recorrió de pies a cabeza a la vez que una sonrisa traviesa comenzaba a formarse en sus labios.
Animado por la pregunta de yunho , volvió a acariciar la tersa y firme piel del costado, para luego dirigirse hacia el vientre duro y plano.
La caricia fue más de lo que yunho podía soportar sin perder el control, saber que los dedos de jaejoong estaban tan cerca de su erección le provocó una nueva oleada de deseo, del todo incontrolable.
Volvió a apoderarse de sus labios a la vez que lo alzaba del suelo y lo llevaba hasta el lecho.
jaejoong se dejó hacer y esperó expectante con los ojos clavados en su esposo mientras éste, con movimientos rápidos y precisos, se desprendía de las ropas.
Con la respiración agitada lo vio desnudo ante el. Era magnífico, pensó maravillado, mientras lo recorría con la mirada hambrienta.
yunho
se acercó a el lentamente, como un cazador a su presa, acorralándolo. Aunque en
esos momento no hubiera sabido decir quién era la presa y quien el cazador,
porque él se sentía atrapado por su mirada, por sus labios entreabiertos… definitivamente
la presa era él. Jaejoong lo había apresado y no había forma de escapar.
Con un último paso se acercó a la cama, le tendió las manos. Una vez estuvo de pie ante él, la ayudó a librarse del camisón, que cayó al suelo con un leve y apenas audible susurro.
Lo contempló durante unos segundos, para luego dejar que sus dedos vagaran sin rumbo fijo sobre la pálida piel.
Con un último paso se acercó a la cama, le tendió las manos. Una vez estuvo de pie ante él, la ayudó a librarse del camisón, que cayó al suelo con un leve y apenas audible susurro.
Lo contempló durante unos segundos, para luego dejar que sus dedos vagaran sin rumbo fijo sobre la pálida piel.
-¡Eres tan hermoso! –susurró a la vez que lo invitaba a tumbarse sobre la cama.
-¿De verdad lo crees? –en ese instante, más que nunca, necesitaba saberse hermoso. Quería ser lo más bello… para él.
-Aún lo dudas –lo besó con adoración- Eres… siempre te he deseado, jaejoong –volvió a beber de sus labios, sediento, como si solo el pudiera calmar sus ansias- Te necesito –claudicó con la voz ahogada, atrayéndolo hacia sí y comenzando de nuevo donde lo habían dejado antes de desnudarse.
jaejoong se sentía embriagado por sus besos, por sus palabras y sus caricias. Dejó de pensar y se entregó a ese hombre que ahora era su esposo, al que deseaba…
Entregados a la pasión no eran conscientes de nada de lo que ocurría a su alrededor, ni de los sonidos que se producían al otro lado de la puerta.
En el pasillo, Yoo, apretaba la mandíbula tratando de contener el gemido de dolor que había estado a punto de soltar al dejarse llevar por la cólera y estrellar el puño contra la pared.
Había seguido a yunho hasta su cuarto. Había esperado que la pareja discutiera, como tantas veces les había escuchado en los últimos días. Disfrutaba con sus disputas, éstas le beneficiaban. Pero para su disgusto no había sido así. Y escuchar los gemidos de placer de jaejoong mientras su hermano lo tomaba, le había hecho hervir la sangre.
el muy traidor.
Aquello no iba a quedar así, tarde o temprano se cobraría todos los desplantes y las humillaciones. Inspiró profundamente y se apartó de la puerta, caminando con decisión hacia el estudio de yunho.
Ya verían aquellos dos como no era el inútil que todos pensaban que era. Finalmente lo lamentarían.
Hola Chicas como estan muchas gracias por los comentarios que me dan, aaaaaaaaa pues mas tarde actualizare otro fic ajajjaja lo que pasa es que ya estoy recordado como era la historia ajajajja y a aparecen a mi asi de rapido y escribooooooooooo antes que se me borre, asi que bueno ps si hay faltas es porque no corregui pero prometo hacerlo mejor cada dia.............. gracias
ese yoo es muy malo no vive ni deja vivir en paz a los de mas pobres de yunho y jae al recibirlo de nuevo en su hogar creo que se arrepentirán y mucho pues este no los quiere dejar vivir tranquilos y todo por sus celos absurdos que el mismo se a formado de siempre
ResponderBorrarmejor que se consiga un trabajo y una novia y los deje de estar fregando
GRACIAS por compartir
y doy gracias a tu inspiración que te a regresado la para que sigas adelante con tus historias y espero no te abandone nunca así terminas las que tienes a la brevedad posible pues están hermosas interesantes y me tienes al borde de los nervios por saber mas por fis no te de tengas y pon todos los que puedas claro sin agobiarte tanto y si puedes pues tienes mas cosas que hacer y yo fregando bueno te agradezco que estés de regreso y con mucha creatividad no abuso bueno un poco te dejo espero hasta pronto cuídate mucho bye
yoo si q es un desgraciado........ y ahora q rayos tendra pensado hacer....jajaja xd los vio el pleno encuentro apasionado eso me alegra jaja......pero y ahora yoo ya debe estar planeando algo......cuando los dejara en paz el mismo dejo a jae q esta aqui ahora queriendo destrozar la vida del yunjae.............seguire al pendiente con las actus como te lo dije xdd.......en serio ya extrañaba tus fics pero te entiendo
ResponderBorrarese yoo es un parasito ¬¬ ojala jae ya no crea tanto en él y apoye a yunho....ahhh por fin se estan dejando llevar por lo que sienten ><..... gracias por actualizarlo rapido
ResponderBorrarEse tio tiene celos de que YunJae vivan felices, porque no los deja tranquito
ResponderBorrary no inporta que es lo que esta planeando, espero que no haga sufrir mucho a nuestro YunJae
qué descarado el hermano de yunho escuchando tras las puertas.
ResponderBorrary el yunjae sigue en su mundo de amor y celos.
gracias
Gracias por compartirlo ,esta super enserio me encanta la historia se pone cada vez mas interesate esperemos y puedan ambos confensar sus sentimientos y asi no afecta su relacion
ResponderBorrarYoo es un jodido manipulador e.e y la madre de JJ lo sabe ..
ResponderBorrarA Jaejoong los celos lo estan volviendo loco xD se aman !!!
no se si odiar a kristal :/
woo ya era hora que se entregarán mutuamente los dos se aman .... Pero el hermano es un estúpido no puede con su genio por dios escuchando detrás de la puerta a este le deben de dar un escarmiento para que madure
ResponderBorrarEse Yoo escuchando tras la puerta, muriendo se de coraje, es un mantenido, un parásito, porque no se consigue una vida y deja a nuestra hermosa pareja empaz, que se ponga a trabajar para que deje de estar de idioso, pensando nada más en como fregar...
ResponderBorrarGracias