martes, 11 de noviembre de 2014

traicion Inesperada: Capitulo 7: Una Oportunidad para nuestros sentimientos.





Capitulo 7:  Una Oportunidad para nuestros sentimientos.

-¿y bien? – Yunho  cruzó las manos tras la espalda -¿has pensado en hacer algo cuando te recuperes?
Yoo había tomado posesión del diván de tonos cremas y dorados y levantó la cabeza para mirar a su hermano con una delgada línea pintada en su boca.

-Me han hablado de un negocio bastante lucrativo, pero no te preocupes que antes de hacer nada o invertir te lo consultaré. Para eso tú eres el rey de las finanzas.
Yunho levantó las cejas imperceptiblemente. No quería parecer incrédulo pero yoo no se había preocupado en su vida por nada, mucho menos que estuviera relacionado con su propio beneficio.

-Te ayudaré en lo que pueda – le dijo simulando no estar sorprendido.
La aldaba de la puerta resonó en la casa y al instante siguiente alguien fue abrir. Yunho se enderezó al escuchar los suaves murmullos que llegaban hasta allí. Voces de matronas que venían lamentando la muerte de don Tae y la desgraciada suerte de su suegra.

-Ah, jaejoong querido. ¿Cómo están? Ha debido ser horrible ¿verdad?
yunho no escuchó la repuesta de jaejoong  que recién acababa de bajar de la planta superior. Estaba a punto de salir de la sala cuando ingresó de repente un grupo de personas y su bello y dulce esposo acompañándolos.
A partir de allí el día fue considerablemente largo y a primera hora de la tarde el cuerpo de don tae  fue sepultado en el camposanto .

Hubo un momento que yoo  se retiró achacando que el dolor del brazo era insoportable. La verdad es que estaba mortalmente aburrido de soportar tanta charla de los vecinos y como yunho se había hecho cargo de acompañar a jaejoong  y a su suegra durante todo el acto, él ya no tenía nada que hacer allí, lo cual le alegraba enormemente.

jaejoong  se comportó con una serenidad esplendida y escuchó con indiferencia como había alguien que todavía alababa al indeseable que ahora sería pasto de los gusanos.
“era un buen hombre” “adoraba a su familia” •pobre sra. kim se ha quedado sola”

-¿y ahora qué piensa hacer? – preguntó alguien a la viuda que se había sentado en un banco duro y frio cercano a la ermita.
La mujer tan solo había agitado la cabeza encogiéndose de hombros. Mareada por el olor del incienso que se mezclaba con la fuerte fragancia del romero que crecía salvaje en la ladera de la montaña.
jaejoong  se hallaba de pie a su lado. Hacia un buen rato se había apartado la oscura gasa negra que cubría su rostro. Sus ojos estaban hinchados pero secos.
Deseaba fervientemente que todo aquello pasara con velocidad, que la gente se marchara y que las dejaran tranquilas de una vez por todas.
yunho se hallaba a su lado, muy cerca de el. Realmente cada vez que jaejoong  levantaba la mirada lo encontraba a él, pendiente de todo.

-¿Cómo te encuentras? – le preguntó con la preocupación reflejada en sus negros ojos.
jaejoong  hizo una cansada mueca con los labios y sin pensarlo mucho dejó que su cuerpo se apoyara en el de su esposo. Solo necesitaba descansar, dormir…
yunho lo rodeó la cintura con un brazo y soportó con gusto la calidez del  joven.

-Estoy deseando meterme en la cama y dormir – le confesó en un murmullo apagado. Sentía el pecho del hombre pegado a su espalda y la fortaleza de los brazos que la asían con seguridad.

-Ya queda poco, tesoro. – yunho apoyó sus labios contra la cabeza de el– un par de horas más y todo habrá acabado.
¡Un par de horas! Jaejoong  no podía con su cuerpo. En cambio su madre , cubierta de negro de la cabeza a los pies con el rostro oculto bajo el velo, parecía soportar mejor todo lo que el funeral conllevaba.

jiyool  era una persona con una gran fortaleza interior y tan solo necesitaba un ligero empujoncito para dar una vuelta de tornillo a su vida. Ahora que Tae  no se hallaba allí, las cosas iban a cambiar notablemente y para empezar posiblemente planeara un viaje a tierras andaluces, o quizás extremeñas…


yunho  se recriminaba a sí mismo por haber tenido un momento de debilidad con jaejoong. Pero no había podido soportar ver su cara triste, sus preciosos y vivaces ojos hinchados, sin pensarlo se había acercado a el  y le había trasmitido algo del solaz que necesitaba para afrontar lo que quedaba de velada.yunho  nunca se había sentido tan impotente, una miríada de sentimientos se arremolinaban en su interior y era incapaz de luchar contra todos ellos. La ira lo cegaba por lo que doña  Jiyool   y jaejoong  habían soportado los últimos años, cada vez que pensaba en que don Tae  le hubiera levantado la mano a jaejoong  le entraban ganas de volcar toda su furia contra el cuerpo de ese hombre que no se merecía descansar en campo santo. Los celos le arañaban el corazón cada vez que pensaba en jaejoong  y sus sentimientos por su hermano Yoo. Y por último la desesperación que sentía cuando pensaba que la brecha existente entre él y su esposo cada día se hacía más ancha.

Mientras atravesaba el corredor tenuemente iluminado los fantasmas interiores de yunho  parecían cobrar vida. No era un hombre pesimista, sabía que podría conseguir todo lo que quería si luchaba por ello. Había sido fácil casarse con jaejoong, ahora llegaba la parte más dura, comprobar si se había equivocado por completo o si tendrían algún futuro juntos. Llamó ligeramente antes de entrar a la salita donde se encontraban, solas por fin, jaejoong  y su madre. Tras escuchar la orden por parte de su suegra, Yunho entró a la sala. Se sorprendió al ver a su suegra sola, sin el velo y con una taza de humeante chocolate en sus manos. El estómago de Yunho se contrajo una vez más cuando vio las marcas en la cara, aún hermosa, de doña Jiyool.

- No sabía que estabais sola doña Jiyool, ¿dónde está Jaejoong? – nada más realizar la pregunta se arrepintió de sus palabras.

- Le he pedido que me traiga un libro de mi habitación, Yunho. Ya que estamos solos permíteme que te agradezca, una vez más, todo lo que has hecho. – la mirada franca y sin titubear con la que se enfrentó a yunho  fue un rasgo más de su fortaleza y coraje.yunho no podía dejar de admirarla.

- No tenéis por qué hacerlo, hice lo que creí mejor para todos. Solo lamento no haberme dado cuenta de…- doña Jiyool  le interrumpió con un movimiento de cabeza y asiéndole las manos con fuerza le dijo.
- No podrías haber hecho nada yunho. No le des más vueltas y no pienses en ello, te lo aconsejo, serás más feliz cuanto menos pienses en ello – un rictus de amargura acompañó a sus palabras. Ella no iba a dedicarle ni un minuto más de sus pensamientos a ese desgraciado del que se había librado definitivamente. Cambiando ligeramente de tema le comentó a yunho – Aprovechando que estamos solos, me gustaría pedirte un último favor, es sobre  jaejoong.

Doña Jiyool  no fue consciente de la tensión en el rostro de yunho  ni de la rigidez que se había apoderado de su cuerpo, ¿qué querría comentarle su suegra sobre su esposo?

-  jaejoong  es un hombre  muy bueno, se preocupa demasiado por mí. No entiende que para mí esto ha sido como una liberación. El necesitará ahora tu apoyo yunho, solo te pido que estés a su lado. – pidió con una triste sonrisa.

- A lo mejor el  prefiera a otra persona a su lado – confesó en voz baja y con enojo yunho más para sí mismo que para que lo oyera doña Jiyool, pero al ver que levantaba las cejas comprendió que su suegra le había escuchado a la perfección.

- ¿todavía seguís así? Creía que ya lo habíais solucionado todo – la mirada astuta de doña jiyool le confirmó a yunho que estaba al tanto de sus problemas con jaejoong. ¿Pero cómo se había enterado?, ¿se los había contado lael propio jaejoong? Y si fue así ¿qué le contó?

- Si no le molesta que le pregunte ¿qué le ha comentado jaejoong? – yunho realizó la pregunta con la mayor humildad posible, sabía que doña jiyool  no traicionaría a su hijo si ésta le había confesado que amaba a yoo, pero él empezaba a no ver ninguna solución para su situación con jaejoong.

- Más que preguntarme a mí deberíais hablar los dos, solos – recalcó la palabra, si yunho era la mitad de inteligente que ella esperaba, entendería lo que quería decir – si aceptas un consejo, jaejoong  y tú tenéis que solucionar esta situación lo antes posible, cuanto más tiempo pase, peor. Además yo os he visto juntos y el amor que desprendéis no puede ser fingido. Si de verdad estimas a mi hijo, yunho, afrontad vuestros problemas como dos adultos. – el apretón firme que recibió yunho  en el brazo le confirmó que estaba ante una gran mujer, solo esperaba que estuviera en lo cierto. Esa noche intentaría aclarar las cosas con yunho, eso, si el  se dejaba.


Doña Jiyool y jaejoong, se encontraban enzarzadas en una discusión, sobre la conveniencia de que la primera se quedara sola en la casa o no. Mientras tanto, yunho, ligeramente apartado, cavilaba sobre las últimas palabras de su suegra antes de que jaejoong   irrumpiera de nuevo en el salón.

-¿Estás segura de que estarás bien? –preguntó nada convencido.

-Ya te lo he dicho, estoy bien –dijo su madre con una sonrisa triste en el semblante.

-Podrías venirte con nosotros, estoy segura de que a yunho no le importaría –le dirigió una mirada casi suplicante, buscando su apoyo.

-Claro, no hay problema –añadió con sinceridad.
-Gracias hijo, pero esta es mi casa. Y por primera vez en mucho tiempo me siento segura, tranquila y en paz… a pesar de todo –esto último lo susurró para sí misma.

-De acuerdo madre, pero prométeme que si…

-  Jaejoong, por favor, tranquilízate. No me va a suceder nada y no estoy sola en la casa –ante la mirada preocupada de su hijo cedió- Pero te mandaré aviso si en algún momento me encuentro mal, ¿de acuerdo?

-De acuerdo –añadió algo más tranquilo.

-Y ahora marcharos, es tarde y tenéis que estar agotados.
jaejoong  asintió sin mirar a yunho, le dio un beso a su madre y se alejó ligeramente para que su esposo hiciera lo propio.

El silencio que los envolvía era incómodo, pero ninguno parecía estar dispuesto a romperlo diciendo la primera palabra.
Tan solo cuando jaejoong  se percató de que yunho no había tomado el camino que los llevaría a casa se decidió a hablar.

-¿Dónde se supone que vamos? –su tono no fue precisamente dulce y sosegado.
Pero yunho no se molestó en contestar.

-yunho, te he hecho una pregunta.

-Lo sé –mantenía la mirada fija en el camino, pero su voz sonó extrañamente relajada.
-¿Y no piensas decirme a dónde vamos a estas horas? ¿A caso te has vuelto loco? –estaba comenzando a perder la paciencia.

-Un poco de paciencia, querido –ahora sí lo miró. Tan solo fueron unos segundos, pero jaejoong  creyó adivinar un intenso brillo en sus ojos.
No entendía nada, ¿qué se suponía que estaba tramando? ¿Y por qué no la llevaba a casa de una maldita vez? Se sentía agotado después de haber pasado toda la noche en vela y de la dura jornada. Estaba deseando meterse bajo las sábanas y olvidar ese día de una vez por todas.
yunho sintió el estremecimiento que lo recorrió.


-¿Tienes frío? –interrogó sin apartar la mirada del camino.

-Sí –no se sentía con fuerzas para juegos, ni falsos orgullos. Tenía frío y se sentía agotado.
En silencio yunho lo rodeó con uno de sus brazos, atrayéndolo  hacia sí, ofreciéndole un poco de su calor y el hombro para que reposara la cabeza.


-Ya falta poco –añadió a la vez que azuzaba a los caballos para que aceleraran el paso.

Lo sintió relajarse contra su cuerpo, e inspiró con fuerza. Tenerlo tan cerca era una tortura para sus sentidos, pero apartó aquellos pensamientos de su cabeza y se centró en la tarea que tenía entre manos.
Calculaba que tardarían otros veinte minutos en llegar al antiguo pabellón. Hacía mucho tiempo que no se pasaba por allí, pero estaba seguro de que el guardabosques se encargaba de mantenerlo en perfecto estado.

Mientras pensaba en las palabras de su suegra, aquella idea se había ido abriendo paso poco a poco en su cabeza.
Tenía que tratar de solucionar las cosas con jaejoong. Pero tenían que hacerlo los dos, solos, sin interrupciones inoportunas.
Permanecerían allí hasta que todo quedara aclarado entre ellos.
Había hecho todo lo que había estado en sus manos para lograr casarse con jaejoong, había rozado con la punta de los dedos la felicidad que le producía pensar que su matrimonio podría resultar…, no sería ahora cuando se diera por vencido.


Jaejoong  iba pensativo, no sabía qué hacer su esposo se había mostrado hace muchos días distante y no daba el menor atisbo de acercarse y ahora de pronto van hacia un lugar que nunca ha visto y que él simplemente le lleva.

Se endereza sobre su cabalgadura y toma porte de defensiva, levanta el mentón, yunho medio sonríe al verlo hacer todo eso y a la vez le entristece pues sabe que él con sus dudas ha provocado su desconfianza y lo poco avanzado de nada sirve. Pero las palabras de su suegra aún rondan su mente y tan claras que decide apostar todo o nada y abrir su corazón o lo destroza por completo o lo lleva a la gloria.

- yunho ¿a dónde vamos? Estoy cansado y la verdad deseo ir a casa.-Eso se le notaba pero decidió decirlo para estar segura que él lo sabía.

-Amor se que estas cansado  pero solo por esta noche podrías seguirme y esperar. El lugar al que te llevo te dirá la mitad de lo que hay en mi corazón y la otra parte espero que mis palabras lo reflejen.
Ante estas palabras el  asintió y una sonrisa que más parecía una mueca se dibujo en su cara.
El cielo despejado y la luna en todo su esplendor dibujo sobre el paisaje la pareja uno junto al otro en silencio, donde solo los grillos y las ranas se escuchaban.

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Mientras tanto en la taberna ante tanto bullicio dos hombres conversaban muy juntos y parecía que uno de ellos estaba recibiendo muy buenas noticias pues sus ojos brillaban y su poca dentadura era mostrada.
Al rato se levantan se estrechan sus manos y Don M. se restriega su barba pensativo: "Esto lo debe saber mi jefe, le agradará saberlo y tendrá las espaldas cubiertas en caso de que ese noble quiera hacerle alguna jugarreta."
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A pesar de las quejas de jaejoong , yunho estaba decidido a llegar hasta el final con aquello.
jaejoong , que había vuelto a arrimarse a su esposo en busca de un poco de su calor, sopesaba las palabras que yunho acaba de pronunciar. ¿Qué había querido decir? Se sentía tan agotado  por el frío que no era capaz de pensar con normalidad.

Con un suspiro liberó a su agotada mente de la infructuosa tarea de intentar entenderlo y cerró los ojos a la vez que su cabeza reposaba sobre el hombro de yunho. No tardó más que unos minutos en dejarse arrastrar por el sueño. No se sentía con fuerzas para continuar discutiendo, que lo llevara dónde él quisiera, mientras continuara abrazándolo  y lo dejara dormir, poco le importaba.

yunho esbozó una sonrisa al sentir el cuerpo relajado de jaejoong contra el suyo y su respiración lenta y regular. Ni su endemoniado carácter era capaz de soportar una jornada como aquella.

Escudriñó el camino que se extendía ante ellos y redujo la velocidad de la calesa, no tenía intención de sufrir un accidente en mitad de la noche y en aquel inhóspito paraje.
Gracias a la luna, que brillaba plena en el firmamento, pudo sortear sin problemas los baches y continuar sin incidentes el trayecto.
Las cosas se complicaron un poco al entrar en el bosquecillo que daba cobijo al pabellón de caza, pero su destreza con las riendas y su conocimiento del terreno los llevaron sin problemas ante la puerta de la sólida estructura.
El edificio, construido por su abuelo, había sido en más de una ocasión refugio de los marqueses. No solo su amor por la caza les llevaba a pasar temporadas en el pabellón, también les había servido como retiro en aquellos momentos de su vida que habían necesitado estar solos, alejándose de todo para encontrar un poco de paz y aliviar la tensión que su posición les provocaba en ocasiones.
Que él recordara ni su madre, ni su abuela había estado nunca allí, era curioso que la primera vez que él acudía al lugar sin intención de dedicarse a la caza, fuera en compañía de su esposo.

No quiso despertar a jaejoong, por lo que se las compuso para descender de la calesa con el en brazos. Al llegar ante la puerta maldijo para sus adentro al comprobar que estaba cerrada.
Mientras hacía lo imposible por alcanzar el lugar dónde se escondía la llave, jaejoong se removió en sus brazos.

-¿Ya hemos llegado? –preguntó con la voz somnolienta y los ojos medio cerrados aún.

-Sí, ya hemos llegado –susurró.

-Déjame en el suelo –articuló incómodo al darse cuenta de la posición en la que se hallaba.
Obedeció, más por poder alcanzar la maldita llave que porque la posición le molestase.
Se apresuró a abrir la puerta y con una pequeña reverencia lo invitó a entrar.

-Adelante.
jaejoong  se frotó los ojos y lo observó, antes de dirigir una mirada a su alrededor.

-¿Dónde estamos?

-En el pabellón de caza de la familia –no quería perder el tiempo en explicaciones y lo tomó del brazo incitándolo a entrar.
jaejoong  entró en la oscura sala y se quedó parado  a escasa distancia de la puerta, mientras yunho se movía por la estancia con seguridad.
En unos instantes unas velas iluminaron el lugar, mostrando todo su esplendor.

-Voy a ocuparme de los caballos, no tardaré –por la expresión de su esposo podría jurar que no le había escuchado, movió la cabeza divertido y salió para desenganchar a los caballos.

Los ojos de jaejoong, ahora, estaba muy abiertos. El sitio era increíble. La gran chimenea de piedra fue lo que primero acaparó su atención, estaba flanqueada por varios sillones de cuero, con aspecto de ser muy cómodos, sobre el  había varias cabezas de animales disecados e incontables cornamentas, de diferentes tamaños, adornaban el resto de la pared.

Giró sobre sí mismo para contemplar el resto de la estancia.
Una gran mesa de madera de roble, con bancos a ambos lados, llenaba el lado opuesto de la habitación.
Armas antiguas y no tan antiguas decoraban otra de las paredes. Sin duda era un lugar puramente masculino y a pesar del escaso mobiliario, el ambiente era agradable y acogedor.
Unas escaleras al fondo de la sala llamaron su atención, se dirigía hacia ellas cuando yunho  regresó.

-Espera, cogeré una luz.
Lo vio cerrar la puerta tras él y trancarlo  desde dentro. Tomó una de las velas que había encendido y apagó la otra.

-Subamos –propuso alzando la luz para iluminarle el camino.

-¿Por qué me has traído aquí, yunho?
En su voz no había rastro de desafío.

-Creo que nos merecemos una oportunidad –respondió con sinceridad- pero es tarde y será mejor que descansemos, ha sido un día muy largo.

Hizo un gesto con la cabeza invitándola a subir ante él. Obedeció sin protestar.
Ya en lo alto de la escalera, se detuvo para que él fuera delante alumbrando el camino.
En el estrecho pasillo había tres puertas y yunho se dirigió hacia la del fondo sin demora.

-¿De verdad lo crees? –exclamó tras él, haciéndolo detenerse antes de entrar en el dormitorio.
Lo miró, allí de pie, tan pálido y ojeroso, con su vestido negro, le parecía tan frágil y a la vez tan hermosa que sintió deseos de estrecharla entre sus brazos y no soltarlo nunca más.

-Sí, lo creo.
La seria expresión de yunho y el tono, ligeramente ronco de su voz, lo emocionaron. Asintió sin añadir nada y pasó ante él, entrando en el cuarto.


Al entrar en el dormitorio jaejoong  se sorprendió una vez más por la sobria elegancia de la estancia. Una chimenea frente a una gran cama cubierta por una colcha de color claro, a un lado de la estancia había una pequeña mesa con una otomana y al otro lado un aguamanil con una jarra a juego. Aunque se notaba que hacía tiempo no se usaba todo estaba escrupulosamente limpio, como si lo limpiaran con regularidad. La chimenea era lo suficientemente grande para caldear la habitación, si hubiera estado encendida. Con un suspiro de resignación y una última mirada a la única fuente de calor de la habitación jaejoong  se dirigió hacia la cama. Yunho hipnotizado no era capaz de apartar la mirada de su esposo, mas cuando lo vio sentarse con lentitud en la cama y disimular un escalofrío su mente reaccionó.

- Encenderé el fuego enseguida, los leños se guardan aquí al lado. – le indicó yunho  mientras se dirigía de nuevo a la puerta y salía con rápidas zancadas de la habitación.

Unos pocos minutos después lo vio aparecer con cuatro gruesos troncos, y la yesca necesaria para encender el fuego con rapidez. Cuando las danzarinas llamas inundaron la habitación a yunho se le escapó un trémulo suspiro de placer. yunho estaba decidido a hablar con jaejoong, pero al ver su aspecto tan cansado, la palidez de su rostro, los hombros hundidos, las marcas oscuras bajos sus dulces ojos, la flacidez de sus brazos, se compadeció de el, estaba demasiado agotado para hablar con él. Despacio se acercó al lado de la cama donde estaba sentado jaejoong, se sentó a su lado y cogiéndole una de sus manos le preguntó.

- ¿Por qué no te echas un rato? Dormir un poco te vendrá bien.

- Sí, creo que es una buena idea, si no te importa me echaré una pequeña siesta. – y sin más se tumbó de lado en la cama. Con una mano bajo su mejilla se adormeció casi al instante.

Sin articular palabra yunho  procedió a desatarle las botas, con ternura le quitó primero la izquierda, para en seguida deshacerse de su bota derecha. A continuación yunho empezó a desabrocharle el vestido, si le aflojaba el corsé estaría mucho más cómodo. jaejoong se removió un poco y yunho  lo chistó dulcemente.  Jaejoong  estaba tan agotado que no notó que yunho  finalmente lo desprendió de su vestido, dejándolo con la camisola y las enaguas. Tras haberlo metido entre las sábanas yunho procedió a desvestirse él y tratar de descansar un poco. Ambos iban a necesitar reponer fuerzas.
Tumbado boca arriba, con las manos apoyadas tras la cabeza mirando hacia el techo de la habitación yunho volvió a pensar, una vez más, en todos los acontecimientos que habían pasado en tan poco tiempo. Enseguida descartó la idea de dormir, con un cuerpo tan tenso y una mente tan activa era imposible tratar de relajarse. Necesitaba hacerle ver a jaejoong que el  lo era todo para él, ambos debían superar las dudas y los miedos que los alejaban.  Jaejoong  no tenía porqué mostrarse celosa de Kristal, era solo una buena amiga, pero jaejoong  tendría que confesarle lo que de verdad sentía por su hermano, por mucho que le doliera escucharlo a yunho.

A pesar del cansancio que intentaba arrastrar a jaejoong, se negó a dormirse del todo, tras cerrar los ojos solo unos minutos la importancia de los acontecimientos de esos últimos días le trajeron las fuerzas que necesitaba. Su estómago había desaparecido para convertirse en un conjunto de nudos que se iban apretando cada vez que respiraba. Con una honda inspiración se arrebujó más entre las sábanas y se giró para enfrentarse a su esposo. Su esposo, ese del que se había ido enamorando sin darse cuenta. Si se lo hubieran preguntado hace unos meses lo habría negado, casi temía al marqués mientras que a su hermano lo apreciaba mucho. Ahora, al experimentar la pasión con yunho entendía que lo que sentía por yoo no era más que un amor fraterno, no podía imaginarse yaciendo con su cuñado, mientras que solo la idea de hacerlo con yunho era suficiente para hacer hervir su sangre.
 jaejoong veía ahora la compleja persona que era yunho, un hombre responsable, que se preocupa por sus trabajadores, serio, formal, pero también con sueños y anhelos. Las primeras semanas de matrimonios habían sido casi mágicas e jaejoong  había ido encariñándose con él, sin saberlo, sin darse cuenta, sin querer. Lo que sentía por yunho  era más profundo que cualquier sentimiento que hubiera conocido antes.
 La sola idea de estar separado de él le dañaba el corazón, estos últimos días habían sido una dura prueba. Jaejoong  solo era consciente de una cosa, esa brecha que lo separaba de yunho le hacía daño, cada día le sangraba un poco más el corazón. Gracias a la conversación con siwon,  jaejoong  sabía cuál había sido su sueño de juventud, el ejército, pero ahora, casi sentía vergüenza por no saberlo todo de su marido. Estaba seguro de que él lo apreciaba, había sido él el que había querido casarse, pero aún no se permitía pensar en amor.
Sin dudar más se enfrentó al apuesto y formidable hombre que tenía a su lado.


- Y bien yunho… ¿por qué me has traído aquí?
yunho miró a su esposo  ligeramente sorprendido; ensimismado en sus pensamientos no había notado que ésta lo observaba con sus hermosos ojos fijos en él. Había llegado el momento y él debía olvidar su aprensión si quería tener una oportunidad de ser feliz junto a el hombre que había llegado a convertirse en lo más importante de su vida.

Incorporándose hasta quedar apoyado de espaldas en el dosel, apartó un rebelde mechón de pelo castaño que resbalaba por el hombro de jae  y se dio ánimos mentalmente. Debería afrontar con dignidad cualquier cosa que el  le dijera, aunque luego fuese aullando por los rincones como un perro apaleado.

- jaejoong, en el momento en que juramos nuestros votos en la capilla de los Jung  prometimos amarnos y respetarnos hasta que la muerte nos separe…
 jaejoong  se había incorporado también, ligeramente aturdido por las palabras de yunho.

- ¿Y?

- Yo necesito saber si eso fueron sólo palabras vacías para ti o significan algo más.

- yunho, no entiendo por qué me preguntas esto – jaejoong habló con cautela; su corazón había empezado a latir con una rapidez inusitado  temiendo escuchar algo que no quería oír. Tal vez yunho pensaba liberarlo de su promesa. Quizá se había cansado de la distancia interpuesta entre ambos y pensaba continuar como si el jamás hubiese tenido nada que ver en su vida. Puede incluso que quisiera mantener una relación con kristal  sin tener que preocuparse por lo que el  pudiese decir ¡Dios mío! Si esto era así el  no podría soportarlo.

- Lo pregunto jaejoong  porque yo no puedo continuar así.
Su corazón dio un vuelco doloroso e hizo que el temor se adueñara de sus entrañas como si se tratase de un enorme puño de hielo.


- Pero yunho…


- No jaejoong , déjame continuar. Me casé contigo sabiendo que tu afecto pertenecía a mi hermano y quizá ahora esté pagando por mi arrogancia y egoísmo; lo cierto es que casi desde el primer momento que te conocí te deseé y no vacilé cuando vi la oportunidad de hacerte mío. Durante las primeras semanas me sentí como en una nube y me permití creer que tú sentías lo mismo que yo pero ya no sé qué pensar….- yunho tragó saliva y continuó con la mirada fija al frente. Se resistía a mirar a jae, no quería que éste  lo viese flaquear por si acaso le confirmaba sus peores temores. –La otra tarde tú y yoo…- el recuerdo volvió a llenarle de hiel la garganta. – jaejoong, te lo voy a preguntar sólo una vez y espero que seas franco. No me des explicaciones, no trates de matizar tu respuesta, sólo un sí o un no – y ahora sí que lo miró directamente a los ojos antes de lanzar la pregunta que lo martirizaba día y noche: - jaejoong, ¿estás enamorado de mi hermano?

- No.

“No” ¿Era eso lo que había salido de sus labios o lo había escuchado mal?
El corazón latía enloquecido dentro de su pecho. No quería precipitarse, ni llegar a conclusiones erróneas, por lo que insistió una vez más.


-¿Me estás diciendo que no estás enamorado de Yoo? –ahora mantenía la mirada clavada en aquellos preciosos ojos que lo tenían hechizado desde hacía tanto tiempo.

-Es lo que me has preguntado –respondió jaejoong sosteniéndole la mirada.


-Sí, pero… yo creía que… ¿No me mientes? –sentía como le costaba respirar, frunció el ceño a la vez que reprimió el impulso de apresarle el rostro entre las manos. Se moría por tocarlo, pero antes necesitaba saber a qué atenerse.

-Nunca te he mentido, yunho.
¿Era tristeza lo que reflejaban sus ojos?
-Sin embargo la otra tarde…

-La otra tarde no sucedió nada, tan solo escuchaste parte de mis palabras, que por desgracia fuera de contexto te llevaron a imaginar lo peor –le aclaró.

-Sí, pero tú siempre has querido a yoo.

-Es cierto, siempre lo he querido. Y nada ha cambiado, continuo queriéndolo…


-Maldita sea jaejoong, me estas volviendo loco –dijo saltando de la cama y mesándose desesperado los cabellos. Quería gritar y liberar toda la frustración que sentía acumulada dentro del pecho y que cada vez le dificultaba más la tarea de respirar con normalidad- Acabas de decirme que no le amas y ahora sostienes lo contrario.
Los ojos de jaejoong reflejaban la sorpresa que la actitud de yunho le estaba causando, se le veía realmente afectado por aquella situación.
La idea de que él lo amara empezó a florecer dentro de su pecho.
Una tímida sonrisa asomó a sus labios a la vez que se hacía la promesa de solucionar aquel entuerto sin demora.

-yunho –lo llamó a la vez que tendía la mano invitándolo a acercarse.
Durante unos instantes que le parecieron eternos, yunho mantuvo su mirada clavada en la de el, inspiró profundamente y soltó el aire poco a poco. Lo vio acercarse con pasos lentos y se diría que cansados, se sentó junto a el, pero no tomó la mano que el le ofrecía.

-yoo  no significa nada para mí, lo quiero, sí, pero como a un hermano –posó los dedos sobre los labios de yunho impidiéndole de esta manera que lo interrumpiera- es cierto que antes de ser tu esposo creía estar enamorada de él, pero convivir contigo me ha demostrado que lo que sentía por tu hermano no era verdadero amor –le dedicó una cálida sonrisa- te estás preguntando cómo he llegado a esta conclusión… –aún sellaba la boca de su esposo con sus dedos, pero su mirada ansiosa le dijo más que si hubiera hablado-… porque lo que siento por yoo no es ni la mitad de fuerte, intenso y maravilloso que lo que siento por ti. yunho, te amo –se le quebró ligeramente la voz al expresar, por primera vez, sus sentimientos en voz alta- Estos últimos días sin ti a mi lado han sido un verdadero infierno, te necesito cerca, te quiero a mi lado, siempre.

La confesión de jaejoong  lo había dejado totalmente petrificado. Lo amaba a él y no a su hermano, pero se sentía incapaz de reaccionar. Tanto tiempo esperando escuchar aquellas palabras de sus labios y cuando por fin las oía no podía responder.


-¿yunho? –la sonrisa se le había borrado del rostro y en su lugar el ceño fruncido y su mirada expresaban a la perfección la confusión que la invadía.

-Me quieres –dijo por fin, con la voz totalmente tomada por la emoción.
jaejoong  se limitó a asentir, temiendo su reacción, después de todo quizás no había sido tan buena idea confesarle abiertamente sus sentimientos.
Las estruendosas carcajadas llenaron la habitación e hicieron que jaejoong  diera un bote, asustado, sobre el colchón.


-¡¡Me quieres!! –repitió sin dejar de reír como un demente, a la vez que le tomaba el rostro entre las manos- Acabas de hacerme el hombre más feliz sobre la faz de la tierra –dijo algo más sosegado, pero sin dejar de sonreír y muy cerca de su boca- Te amo, jaejoong.

Tras esas palabras se apoderó de sus labios con el ansia del que tiene hambre de siempre, saboreando el maná de su boca y disfrutando de cada roce de sus lenguas como si fuera la primera vez.
Una vez superada la impresión, jaejoong  se entregó con el mismo frenesí a aquel beso. El cansancio del día quedó relegado al olvido, mientras que sus cuerpos reclamaban, con urgencia, satisfacción.
No hicieron falta más palabras, un nuevo entendimiento había surgido entre ellos, dónde los sentidos y el deseo llevaban las riendas.

Continuara……………………..



Hola okey les dejara este fic esta esta semana hasta aquí bueno  ahora tendre que  volver a revisar los demás fic y volver a crear la historia, jajajaj espero que todo continue como  hasta ahora aun que ahora este un poco depre por lo que acabo de ver, aaaaaaaa me esperaba  esta noticia pero verlo y ver que quizás se haga realidad me apena, pero no puedo hacer nada solo respirar y afrontar los problemas, bueno pues prometo no dejar que esto me impida seguir actualizando……………….. mucha gracias por los comentarios, también las extrañe……………….Besos

7 comentarios:

  1. por fin aclarado todo entre yunho y jae el sexo de reconciliación sera fenomenal
    GRACIAS por regresar a el yunho que amo y ama jae también
    eso les hacía falta estar solos y aclarar sus dudas sin que este nadie interrumpiendo y alegrándose de sus problemas
    ellos felices y yo muy contenta por como a terminado este capitulo
    espero y te pase pronto tu depre no se que te ocurrió y que malas noticias tienes pero deseo de todo corazón que se solucione todo para bien y llegue la paz a tu corazón y puedas estar mas tranquila
    espero leerte pronto hasta luego cuídate mucho besos abrazos y apapachos para ti con mucho cariño y recuperate pronto
    bye

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  2. Wiiii Jae Yunho no solo te quiere te ama <3 <3 <3 cuanto amor

    no voy a poder pedirte que actualices pronto porque ya has actualizado muy pronto hahah XD
    Mil gracias por actualizar como la Luz hahah XD y gracias por compartir :3

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  3. Maravilloso yunho y jae ya se reconciliaron y aclararon las cosas...si q necesitaban tiempo a solas xq o ino yoo complicaba las cosas.. Graxias xlas actus las esperaree..cuidatee. ...

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  4. Porfinnnnnn"!!!! Se han dicho lo que sientenn ambos… ahora nada podra separarloss esperemos ello muchas gracias por el tiempo que te tomas en elll y compartirlo enserio valoro mucho tu esfuerzo ^=^

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  5. al fin hablaron claro,.. y fueron lo suficientemente inteligentes para no llevarse por el orgullo y el rencor. éso era lo que necesitaban... estar solos y ser francos el uno con el otro y después todo vendría solo... se aman y se lo dijeron claramente... ahora podrán vivir plenamente su matrimonio.
    gracias por la actu

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  6. Porfin aclararon todo y se dijeron lo mucho que se aman por dios no pueden vivir ahora separados eso es lo que necesitaban estar un tiempo solo para ellos para poder despejar sus dudas ahora podrán afrontar ambos lo que pueda ver adelante

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  7. Nada más maravilloso que el amor que se tienen y que los tenía tristes por pensar cosas que no, pero aclarado todo a darle rienda suelta a su amor... Espero que el tal Yoo se vaya de allí y deje empaz al YunJae...
    Gracias

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